Este viernes será el estreno de la película Después de Lucía, dirigida por Michel Franco. Premiada en la sección Una Cierta Mirada en el pasado festival de Cannes, participa en la carrera por representar a México en el premio Óscar en la categoría de mejor película en lengua extranjera, así como para los Goya (de España), en mejor cinta hispanoamericana.

El pasado lunes se efectuó una función a la que se dieron cita el realizador y los actores protagónicos, quienes hablaron sobre la importancia que tiene para cada uno de ellos esta producción, cuyo tema es el acoso escolar (bullying).

Se trata del segundo filme de Franco (el primero fue Daniel y Ana), quien ahora tiene en Tessa Norvind a su protagonista, una joven que, después de la muerte de su madre, viaja con su papá (Hernán Mendoza) al Distrito Federal.

Se vuelve vulnerable y sufrirá el acoso de sus compañeros de escuela.

Franco lleva al extremo la situación, hasta hacer efectivo el eslogan de la cinta: “El bullying mata.”

Franco dijo: Este es un día muy especial para todos nosotros, porque hemos entregado una película de calidad que ha tenido muy buena estrella. Esperamos que ahora que se estrene, el público mexicano la aprecie y entienda todos los temas de los que habla la historia. Este proyecto es para toda la gente, no sólo para un público específico.

Tessa, por su parte, expuso que ha sido muy positiva la forma en la que la cinta ha sido recibida en todos los lugares donde se ha exhibido.

Un problema que ataca todos los niveles sociales

Para el productor Billy Rovzar es importante señalar que Después de Lucía se exhibió gratuitamente en decenas de salas de Cinépolis, ya que trata el tema de las agresiones. Esta es una forma de regresar a México su apoyo. Se trata de un problema que ataca en todos los niveles socioeconómicos y de edad.

El actor Hernán Mendoza expuso que la experiencia con esta película ha sido sensacional. Para mí es una obra maestra que todo mundo debe ver. Los temas los toca de manera sutil, pero muy profunda. Deja marcado a todo el que la ve.

Tessa añadió que su personaje es bastante fuerte e intenso, muy real. Llega un momento en el que por más vivencias que tengas, y el personaje es tan golpeado, que es mucho como para poder soportarlo. Hay escenas muy fuertes en la edición, pero filmarlas fue muy divertido para nosotros, como una escena en la que me embarran de pastel. Nosotros nos reímos entre toma y toma.

Haciendo un símil, Franco dijo que el cine mexicano ha sufrido violencia del espectador y de los creadores. “Hay un bullying sobre lo que está sucediendo en México. No es válido cuando el público mexicano dice que el cine nacional es una porquería. Hemos puesto nuestro granito de arena para cambiar eso y lo hemos logrado.

Esta película es también un análisis sobre el porqué de la violencia en nuestra sociedad. Yo creo que vale la pena hacer una cinta cuando hay un subtema sobre la mesa. Además, hacer un filme aburrido es un crimen.

Franco precisó que de esta historia cada quien puede sacar sus conclusiones. Con los actores yo nunca hago un trabajo de horas y horas de análisis, porque considero que eso echaría a perder a los personajes.

Sobre el hecho de regalar funciones, cosa que no ha gustado a algunos productores, Franco contestó que el tema lo merece, además de que confía en que en lo sucesivo la recomendación sea boca a boca. “Por eso hemos sido muy cuidadosos en la campaña para anunciarla. Nada de que sólo en cines. Buscamos que el tema estuviera sobre la mesa, para que se tome conciencia de que somos un país con muchos problemas en torno del bullying, y lamentablemente estamos en los primeros lugares.

“Tuvimos cuidado de no herir, y cuando usamos la palabra puta cuidamos la dicción sin pronunciar la u. Hablamos del bullyng, pero sin buscar el escándalo. Estoy trabajando con organizaciones no gubernamentales que ya llevan tiempo en esto y hay posibilidades de determinar una normatividad al respecto. Una película no basta contra ese problema, pero se puede lograr algo si se hacen bien las cosas.”

Con todo, en esta película se tratan varios temas violentos de suyo, pero en general son alusiones, que el espectador completa con su imaginación. Por ejemplo, la escena de la violación se corta en un momento y después se da por sentado que la hubo, y así ocurre con otras. Hasta con el final, cuyos últimos minutos suponen un epílogo de venganza, pasan vertiginosamente y el público hace su guión. A final de cuentas, la pulsión de venganza es una cosa de natura humana, como la violencia y el amor.