El quehacer teatral no debe ser entendido como una actividad laboral, sino como una manera de desarrollo personal, un camino vital a seguir; es decir, ser artista es diferente a ser alguien que trabaja como artista, es la filosofía del director y dramaturgo Abraham Oceransky (DF, 1943), quien desde hace más de 20 años radica en Jalapa, Veracruz.

Oceransky será distinguido por el Instituto Internacional de Teatro (ITI) de la Unesco, el 7 de octubre, con una medalla por su larga, consistente y fructífera trayectoria, así como por ser el artífice de la construcción y la fundación del teatro El Galeón, hace 40 años, de lo que es hoy el Centro Cultural del Bosque.

Asimismo, el 13 de diciembre recibirá, en el teatro Julio Castillo del mismo complejo cultural, la medalla Pilar del Teatro, también del ITI Unesco.

De visita en la ciudad de México para presentar su más reciente montaje, Existencia, como parte del Festival Otras Latitudes, en charla con La Jornada el reconocido creador escénico habla sobre su manera de entender y enseñar el hecho teatral, así como del impacto de la violencia y la actual situación cultural y escénica en Jalapa, además de comentar sobre su más reciente montaje.

Ser artista es diferente a ser alguien que trabaja como artista, en ello hay una leve diferencia, explica Oceransky.

La forma en cómo trabajo con mis actores no es desde el aprendizaje de una técnica, sino trabajo sobre ellos, para que sean creadores. Esa es la forma en que lo hago, con la idea de sacar lo mejor que tienen en su mente, cuerpo y espíritu.

Hace años, añade, yo mismo fui entrenado para ser un intérprete, cuando yo no quería serlo, sino un artista. Como maestro descubrí con el tiempo que ese papel no es algo dictatorial, sino la maceta donde el árbol debe crecer: me voy adaptando al crecimiento de los actores; intento que ellos se vuelvan creadores.

Pilar de la renovación teatral

Oceransky es considerado un pilar de la renovación treatral en nuestro país. En los años 70 puso en marcha la carpa Alicia, en terrenos del viejo Auditorio Nacional, donde impartía clases libres de actuación, pantomima, acrobacia y clown, junto con maestros como Juan Gabriel Moreno, Sonia Rangel y Alejandro Jodorowsky.

Su empeño por crear un espacio escénico donde había una bodega, lo llevó más tarde a la construcción y fundación del teatro El Galeón.

Oceransky tiene más de 20 años de radicar en Jalapa, donde fundó la compañía Teatro Estudio T, y hace apenas tres años, el Teatro de la Libertad, que tiene tres escenarios y capacidad para 200 personas, donde se montan tres o cuatro obras originales al año.

Abraham Oceransky (DF, 1943), durante la entrevistaFoto Marco Peláez

Lamentablemente, manifiesta, “desde hace un año ha cambiado la dinámica cotidiana de Jalapa, debido a la violencia. Con el Ejército, el narco, la policía; las personas han dejado de salir a la calle a caminar. Esto cambió el sistema cultural y económico de la ciudad.

“El público que asistía a la distinta oferta cultural y al teatro menguó muchísimo. Todo este año y medio ha sido muy difícil. La cantidad de muertos en Veracruz bajó el movimiento cultural. La gente no deja de prender la televisión, pero sí deja de ir a las exposiciones, a la danza, al teatro, a los conciertos.

Me imagino que las autoridades han hecho todo su esfuerzo, pero el corazón de las personas sigue asustado, expresa Oceransky, quien confía en que todo se corrija pronto.

En Jalapa, asevera, falta infraestructura cultural, no hay teatros. En México la palabra independiente no significa heroísmo sino marginación. Los grupos independientes son mirados de soslayo.

Obra inspirada en Artaud

Abraham Oceransky recordó que hace cuatro años hizo al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) una solicitud para que aportara la mitad del presupuesto para hacer un teatro en Jalapa, que mucha falta hace.

El creador escénico, quien obtuvo la beca de apoyo a la infraestructura cultural de los estados, se dedicó por más de un año a levantar el proyecto y los planos del inmueble, el cual sería muy austero, para 300 personas, además de que se podía transformar en un centro cultural, porque las butacas se podían replegar en cinco minutos.

La inversión total para la construcción y equipamiento sería de 12 millones de pesos. La mitad la aportaría el CNCA, que ya se tenía y la otra el municipio.

La cuestión fue, refiere Abraham Oceransky, que al ayuntamiento de ese entonces, debido a las circunstancias, le fue imposible entregar los recursos. Todavía tengo todos los diseños y el proyecto”.

Existencia es la obra escrita y dirigida por Oceransky, inspirada en la figura de Antonin Artaud, a quien ubica dentro de un manicomio, en los últimos nueve años de su vida, mientras ocurre la Segunda Guerra Mundial.

Es una propuesta que va del presente al pasado, que intenta reflexionar sobre el propósito del arte, en un mundo lleno de violencia, donde siempre habrá alguien que crea que las cosas pueden cambiar.

En el contexto del Festival Otras Latitudes, la obra se presenta hoy, mañana y el viernes, a las 20 horas, en El Galeón (Reforma y Campo Marte).