La política actual propició que subiera el precio de los combustibles así como la subvención
Durante este gobierno se erogaron 606 mil 134 millones de pesos por ese concepto; además se gastaron 73 mil 695 mdd en importar petrolíferos, 6.3 veces el monto de una nueva refinería
Lunes 1º de octubre de 2012, p. 26
El subsidio fiscal, por la diferencia del costo de importación de las gasolinas y su precio interno, ascendió a casi 141 mil 500 millones de pesos entre enero y agosto de este año, monto 193 por ciento superior al otorgado en todo 2007, el cual fue de 48 mil 304.3 millones de pesos, informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
En tanto, el Banco de México (BdeM) indicó que la importación de gasolinas durante este gobierno ascendió a 73 mil 695 millones de dólares, cantidad mayor al monto actual de la deuda externa del gobierno federal, y 6.3 veces superior al costo estimado de la nueva refinería de Tula, que Petróleos Mexicanos (Pemex) calcula en 11 mil 610 millones de dólares.
La Secretaría de Hacienda puntualizó que, dentro de una tendencia ascendente, el subsidio a las gasolinas sumó 606 mil 134 millones de pesos durante el gobierno de Felipe Calderón.
En 2007 los informes oficiales señalan que el subsidio a las gasolinas fue de 48 mil 304 millones de pesos. Al año siguiente se disparó a 217 mil 635 millones y en 2009 desapareció, e incluso el consumo de las gasolinas importadas aportó 3 mil 200 millones de pesos al erario a través del impuesto especial sobre producción y servicios (Ieps), aplicable a la industria petrolera.
Pero en 2010 nuevamente se amplió la diferencia entre el precio al que se importan las gasolinas y el que se aplica para su venta en el interior del país, por lo que se reanudó el subsidio fiscal, el cual ese año se elevó a 56 mil 164 millones de pesos, a pesar de que se decidió reiniciar la política de elevar mes a mes el precio interno de las gasolinas. Esto propició un fenómeno curioso. El precio de las gasolinas se ha incrementado y el subsidio también.
Mientras se posponía una vez más la construcción de una nueva refinería, que amplíe la oferta de carburantes y de otros derivados del petróleo para el mercado interno, la gasolina de bajo octanaje que se consume en México aumentó su precio 56.5 por ciento de diciembre de 2006 a la primera quincena de septiembre de 2012, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En ese periodo, el subsidio a las gasolinas sumó 606 mil 134 millones de pesos, y lo que parece más grave es que sólo entre enero y agosto de 2012 ascendió a 141 mil 465.1 millones de pesos, pues aunque faltaban cuatro meses para concluir el año, el subsidio representaba ya 97 por ciento del registrado en todo 2011.
Todo eso podría agregarse al costo de no haber construido en México una refinería adicional desde hace 33 años, a pesar del crecimiento de la demanda de gasolinas en el país. La última fue inaugurada en 1979, precisamente en Tula, cerca de donde se realizan los trabajos para edificar otra refinería que sería puesta en funcionamiento, si no hay más retrasos, hacia 2016, con un costo de 11 mil 610 millones de dólares, de acuerdo con lo calculado por Pemex.
Entre tanto, al costo de no haber ampliado la producción interna de gasolinas ha significado la erogación de 73 mil 695 millones de dólares entre 2007 y julio de 2012 debido, precisamente, a la importación de estos carburantes, cuya producción fue descuidada durante los últimos cinco sexenios.
La compra de gasolinas en el exterior ha sido, incluso, mayor al monto actual de la deuda externa neta del gobierno federal, la cual ascendió a 65 mil 552.5 millones de dólares al término de agosto de 2012, informó la Secretaría de Hacienda.
Las gasolinas representan alrededor de 58 por ciento del total de los pagos realizados al exterior por la importación total de productos petroleros, cuyo monto fue de 126 mil 179 millones de dólares entre 2007 y julio de 2012, según los indicadores operativos de Pemex.
Durante los últimos seis años el peso de las importaciones sobre las exportaciones petroleras aumentó dramáticamente, y esto restó efectividad al uso productivo de la riqueza petrolera de México.
En 2007 las importaciones de productos petroleros insuficientemente producidos en el país representó 39.8 por ciento de las exportaciones. En 2011 esa proporción fue de 55.2 por ciento y en julio de 2012 iba ya en 55.7 por ciento.
Eso implicó que, mientras la industria petrolera mexicana aportó un saldo neto de 25 mil 643 millones de dólares durante el primer año del último gobierno del Partido Acción Nacional, en 2011 dispuso de 24 mil 996 millones, y en 2012, hasta julio, el saldo neto del comercio exterior petrolero iba en 15 mil 431 millones de dólares.