México es un país con infraestructura institucional muy deficiente, que se refleja en todos los ámbitos de la vida nacional, afirmó el presidente del grupo financiero Banorte-Ixe, Guillermo Ortiz Martínez.

Comparó el país con un buque que no puede ir más rápido porque tiene demasiado lastre. Entre esas cargas mencionó el Poder Judicial, la corrupción y las ataduras que mantienen, por ejemplo, al sector energético impedido para aceptar inversiones privadas.

“Si me dijeras cuáles serían los temas que tendrían un impacto más inmediato y más importante sobre el crecimiento económico, diría que lo primero es no estorbar. Si llevas un barco cargado con un lastre enorme y quieres aumentar la velocidad, obviamente lo primero que tienes que hacer es tirar el lastre y luego ya ver si los motores están bien afinados y la propela, etcétera.

“Tenemos un lastre gigantesco, un lastre de regulación, un lastre de una infraestructura en muchos ámbitos, por ejemplo del Poder Judicial.

“En términos generales, una infraestructura institucional muy deficiente, que se refleja en todos los ámbitos de la vida nacional. Ejemplo de esto es la parte del Poder Judicial, la enorme cantidad de recursos que se desperdician en juicios interminables y la corrupción que implica todo esto. Uno de los grandes lastres de este país es la corrupción.

En la medida en que podamos ir mejorando, porque eliminar esto es imposible, pero podemos ir mejorando, es ir deslastrando este buque.

Ortiz Martínez participó en una mesa redonda como parte de la Cumbre de la Comunicación, donde uno de los temas fundamentales fue el optimismo.

A una pregunta del moderador de cómo observa el futuro del país con el próximo cambio de gobierno, el presidente de Banorte-Ixe dijo que en la parte macroeconómica puede considerarse que México está bien.

Guillermo Ortiz, presidente de grupo Banorte-IxeFoto Francisco Olvera

Pero advirtió que se deben aprovechar las oportunidades que se presentan para avanzar en el crecimiento y el desarrollo nacional, por ejemplo, impulsando la productividad y la competitividad, particularmente en el sector energético donde, por ejemplo, el país se encuentra entre los primeros cuatro lugares mundiales en reservas de gas lutita (shale gas) y crudo en aguas profundas.

“Tenemos reservas gigantescas de gas, pero no tenemos tubos y no tenemos cómo explotarlas; tenemos un montón de petróleo en aguas profundas y no tenemos cómo sacarlo. Ahí hay un tema fundamental y necesita una reforma constitucional, aunque yo la acotaría únicamente no a Pemex y a lo que tiene Pemex, sino a la parte de shale gas y a la parte de aguas profundas; eso no lo puede hacer Pemex, está claro, no hay forma.

“Si pudiéramos concesionar a empresas públicas y privadas el shale gas y aguas profundas, creo que tendríamos una transformación gigantesca del panorama energético de este país.”

Otro sector que demandó mejorar fue el financiero. “La banca hoy en día es una fortaleza por sus indicadores, pero tenemos un sector financiero minúsculo en este país.

El índice de penetración medida a través del crédito que otorga la banca es alrededor de 15 por ciento, y estudios del Banco Mundial indican que dado el nivel del PIB per cápita que tiene México el día de hoy, la penetración financiera medida como el crédito de la banca al sector privado debería de ser 60 por ciento; sólo 33 por ciento de los municipios del país tienen una sucursal bancaria y aún si añadimos los corresponsales bancarios llegamos a cincuentaitantos por ciento.