El reparto de comisiones legislativas en el Partido Acción Nacional (PAN) suscitó otra pugna entre los grupos de Felipe Calderón y Gustavo Madero. José González Morfín, afín al Presidente, recibirá como premio de consolación la vicecoordinación de la Cámara de Diputados, mientras Juan Bueno Torio, muy cercano al dirigente panista, se perfila como subcoordinador de asuntos económicos de su bancada.

Fuentes del blanquiazul comentaron que hoy habrá otra reunión entre integrantes del Comité Ejecutivo Nacional panista para definir líderes de las comisiones.

Por lo pronto, se perfilan los más relevantes diputados electos afines a uno y otro bandos. Entre ellos se menciona a Rodolfo Dorador, quien en la sesión del Consejo Nacional panista recibió un duro revés de los calderonistas cuando Juan de Dios Castro lo acusó con un video de haber manipulado el padrón electoral en Coahuila.

Otros futuros legisladores que tienen estrecha relación con el líder nacional del PAN que esperan encabezar comisiones son Guillermo Anaya y Jorge Villalobos.

El ex alcalde de Monterrey Fernando Larrazabal, vinculado a Ernesto Cordero y quien estuvo envuelto en la polémica porque su hermano Jonás fue acusado de recibir dinero de casinos, también está en la lista de los diputados mejor posicionados.

Entre las comisiones que están en juego se encuentran Presupuesto, Turismo y Vivienda, pero allegados a las negociaciones comentan que el jaloneo es fuerte, porque el coordinador de los diputados, Luis Alberto Villarreal, hizo muchas promesas para obtener el apoyo de sus compañeros y dejar en el camino a González Morfín.

Prohíben onda grupera

El PAN difundió la versión final de su Código de Ética, que exige a los dirigentes del partido ver siempre por el bien de toda la institución, dejando de lado la visión exclusiva de grupo que lo llevó a su cargo.

El documento aprobado tiene un apartado especial –no incluido en el borrador publicado por este diario el 27 de julio– para los dirigentes del partido en el punto cinco titulado: Del profesionalismo y la formalidad.

Plantea que los líderes del blanquiazul deben dirimir desacuerdos, buscar consensos dentro del partido y promover la capacitación y el desarrollo de los militantes, candidatos y funcionarios.

Para evitar la llamada onda grupera, señala que el surgimiento de grupos internos excluyentess es nocivo para la organización y va en contra de sus fines y de su unidad.