Aunque la delegación mexicana que participó en los Juegos Olímpicos Londres 2012 mejoró sustancialmente su actuación respecto del ciclo deportivo anterior de Pekín 2008, lo cierto es que podría buscar un sitio coherente con el lugar 15 que tiene en al ámbito de la economía y la productividad en el concierto mundial, concluyó el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México (UVM).

En entrevista, su directora, María de las Mercedes Poiré, destacó que mientras en Pekín la representación nacional se ubicó en el sitio 36 con tres medallas (dos de oro y un bronce), ahora en Londres fue lugar 39, pero se ganaron siete preseas, lo que representa un resultado significativamente mejor que el del ciclo anterior.

Tras dar a conocer el balance de Londres 2012, la especialista destacó que si se hace un análisis frío de los metales ganados se caería en lo fácil; de allí que destacó que en el certamen londinense el país tuvo su mejor participación fuera de casa, ya que 30 por ciento de los 86 competidores –equipara el estudio al futbol como un competidor único, no de conjunto– se ubicaron entre los 10 mejores del orbe.

Destacó los casos de tres competidores de atletismo que en Londres se metieron el top ten mundial, cuando hace cuatro años sólo uno pudo integrarse a ese selecto grupo, sin dejar de mencionar que clavadistas, takwondoínes y tiradoras con arco destacaron como pocas veces lo han hecho.

Quizás no es necesario que se apoye a todos los deportistas por igual. Bien podría formularse una política de ayuda a ciertos deportes donde se tienen posibilidades reales de destacar; ese podría el plan de desarrollo. Pero debe determinarse específicamente y aterrizarlo, expuso la especialista.

La investigadora de la UVM es de la idea de que sí es posible que México pueda mejorar sustancialmente su participación en los Juegos Olímpicos, “pero es indispensable que se cree en el país una cultura de la actividad física que luego se transforme en deporte, además de que se hagan programas a largo plazo y no de periodos cortos (sexenales, que responden a tiempos políticos).

No debe olvidarse que es indispensable determinar cuál es el objetivo que se persigue en el deporte, que no sólo debe ser la obtención de medallas en Juegos Olímpicos, sino lo primero y esencial es brindar salud a la población, así como seguridad, y las preseas, entonces, llegarán por añadidura o como resultado de lo anterior.

En otros estudios que ha realizado la UVM en la población, se ha encontrado que la corrupción entre los dirigentes deportivos permea de manera muy fuerte; de allí que también debe trabajarse en evitar que la percepción de la ciudadanía aleje a los niños y jóvenes de la práctica deportiva organizada.

Por desgracia, las autoridades no lo ven como una ecuación: a mayor activación física menor delincuencia y abatimiento de la obesidad. Cuando esta fórmula se entienda así, seguro se tendrá una población más sana, segura, y las medallas llegarán a consecuencia de ello, terminó.