Monterrey NL, 16 de agosto. El luchador social Ignacio Zapata Narváez, fallecido el miércoles víctima de leucemia, fue inhumado hoy en el panteón Guadalupe; a las exequias acudieron decenas de familiares, amigos y activistas de organizaciones en las que participó o con las que fue solidario.

Momentos antes, en las capillas de Protectodeco Revolución, donde fue velado, el obispo de Saltillo, Raúl Vera López, señaló que Nacho Zapata es ejemplo de quienes sacrifican su bienestar, su salud y la propia vida por procurar una mejor existencia para todos. Su actitud de dar la vida por los demás, pues a eso equivale su persistente trabajo por la comunidad, a pesar del menoscabo de su salud desde marzo de 2011, representa un desafío para que los mexicanos busquemos rescatar este país de la violencia y la injusticia, dijo el prelado en la misa que ofició junto con el presbítero Luis Eduardo Villareal Ríos.

Quien fue dirigente de la Alianza de Usuarios de Servicios Públicos y defensor de las causas de los ex braceros, la democracia, el medio ambiente y los derechos humanos, entre otras, fue despedido con llanto y aplausos. Al final con el puño izquierdo en alto se oyó la consigna: Nacho vive, la lucha sigue.