En la conservación de la biodiversidad marina es donde hay más rezago, ya que apenas alrededor de 8 millones de hectáreas están protegidas, cuando hay 3 millones de kilómetros cuadrados que forman la zona económica exclusiva, nos quedamos cortos, señaló Luis Fueyo, titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).

Agregó que hay 105 sitios prioritarios para la biodiversidad marina que requieren un esquema de protección y conservación. Además, explicó, hay cinco proyectos de nuevas áreas para proteger fondos marinos a más de 400 metros de profundidad, y de ellos, dos están en análisis en el área jurídica para su evaluación.

En el acto de presentación de Videos de áreas marinas protegidas de América del Norte, el funcionario sostuvo que en la Convención de Derechos del Mar el reconocimiento de la zona económica exclusiva es importante para dar gobernanza a la conservación de la biodiversidad marina; sin embargo, precisó, no esta totalmente definido.

Por eso, añadió, se propuso establecer un nuevo protocolo de gobernanza internacional sobre los recursos vivos del mar en aguas internacionales, para que el patrimonio no quede sujeto a quienes tienen la primacía del desarrollo tecnológico y tienen el privilegio de acceder a los recursos, y después los que son dueños de él queden fuera.

A escala internacional esto se tiene que abordar en próximos foros, si se logra el consenso para que se haga una comisión que aborde el tema de la gobernanza podríamos generar un protocolo específico para el acceso de recursos del mar en aguas internacionales.

Indicó que en biodiversidad marina en la región, con la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte (CCAAN) se construyeron espacios de intercambio y en México hay nuevos ordenamientos ecológicos marinos, como el del golfo de California que se decretó en 2006, y se empezaron a desarrollar otros. Hay 20 áreas marinas protegidas en proceso de evaluación, y existen programas de acción para especies particulares como la ballena gris, la vaquita marina y la ballena jorobada.

A partir de la década anterior, las redes de áreas marinas protegidas en América del Norte permiten conectar hábitats para las especies en sus diferentes etapas de vida y favorecen la recuperación de flora y fauna, indica información de la CCAAN.

Esas áreas, además de resguardar los ecosistemas, benefician especies migratorias, como peces, aves y ballenas, cuya protección requiere acciones coordinadas más allá de las fronteras nacionales, señala.