Oslo, 13 de agosto. Una comisión noruega independiente creada para determinar las causas de los ataques del 22 de julio de 2011 que dejaron 77 muertos, criticó hoy a las autoridades al considerar que el atentado con bomba en Oslo y la matanza en la isla de Utoeya cometidos por Anders Behring Breivik pudieron evitarse.

El informe de 500 páginas de la comisión nombrada por el premier Jens Stoltenberg criticó tanto a la policía como al gobierno.

Breivik mató primero a ocho personas al detonar una bomba cerca de la sede del gobierno en Oslo, y luego disparó contra jóvenes en un campamento de verano de las Juventudes Laboristas en la isla de Utoeya, ahí asesinó a 69 personas e hirió a varias docenas más.

El ataque en el barrio de los ministerios pudo haberse evitado con una aplicación eficaz de las medidas de seguridad ya existentes, concluyó la comisión.

En el informe, lamentó que, debido a la lentitud burocrática, no se hubiera cerrado al tránsito la calle aledaña a la sede del gobierno, como se venía aconsejando desde 2004, lo que permitió a Breivik estacionar una camioneta que contenía una bomba al pie de la torre donde se encuentra la oficina del primer ministro, quien en ese momento trabajaba en la residencia oficial.

La comisión presidida por la jurista Alexandra Bech Gjoerv también criticó la lentitud de la policía.

En cuanto a la matanza en Utoeya, el documento señaló que pasaron al menos 35 minutos entre la llegada de una primera patrulla policial a la orilla del lago que baña la isla y el momento en que una fuerza especial de intervención desembarcó. Una demora inaceptable, concluyó Gjoerv, en conferencia de prensa.

Trond Henry Blattmann, líder del grupo de apoyo de las víctimas, dijo que fue muy duro escuchar las conclusiones, pero destacó que los afectados querían conocer la verdad.

El premier Stoltenberg dijo lamentar las significativas fallas reveladas por el informe, pero aclaró que ni él ni sus ministros renunciarán.

Breivik admite los ataques, pero niega su responsabilidad penal, señalando que es un activista político que atacó al Partido Obrero (en el gobierno) por su apoyo a la inmigración musulmana, a la cual acusa de haber adulterado la sangre pura noruega.

Su juicio finalizó en junio y se espera que el tribunal emita el veredicto el 24 de agosto. La fiscalía pidió que los cinco jueces dictaminen que Breivik está loco.

Si se da este fallo, Breivik enfrentaría una condena indefinida en una institución mental de una prisión de máxima seguridad. Si es declarado cuerdo se encontraría con una sentencia de 21 años de cárcel.