Viernes 20 de julio de 2012, p. 32
Tultitlán, Méx., 19 de julio. Amnistía Internacional (AI) México solicitó al gobernador del estado de México, Eruviel Ávila Villegas, la inmediata donación de un predio para reubicar el refugio de migrantes San Juan Diego —cerrado el 10 de julio en la colonia Lechería– y pidió que el albergue temporal instalado en avenida Independencia siga abierto hasta que haya un espacio definitivo para los indocumentados.
No hacerlo sería abandonar a los viajeros a una desprotección brutal
, alertó el director del organismo, Alberto Herrera Aragón, quien informó que, desde Londres, AI envió una carta dirigida al mandatario estatal priísta para pedirle garantías con el fin de que reabra el albergue San Juan Diego, y para el bienestar de los migrantes que cruzan el estado.
Este jueves, los representantes de AI, Movilidad Humana, Médicos sin Fronteras y de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inspeccionaron el refugio instalado por la diócesis de Cuautitlán bajo un puente de la avenida Independencia, en el barrio del mismo nombre, perteneciente a Tutltilán.
Es un esfuerzo maravilloso tener un albergue de este tipo, pero es una alternativa provisional para resarcir una condición inaceptable: que el gobierno del estado no garantizara condiciones mínimas de seguridad para que continuara operando el albergue de la colonia Lechería
, planteó.
Herrera Aragón dio a conocer que, casi una semana después de la apertura del refugio temporal, administradores encabezados por el sacerdote Christian Rojas informaron que han atendido hasta 800 viajeros por día. Es importantísimo (contar con el refugio en Tultitlan) porque es uno de los puntos nodales de la migración hacia el norte
. Durante la visita de los defensores de derechos humanos, unos 50 vecinos pidieron la reubicación del refugio.
Por la mañana, a unos metros del albergue un indocumentado hondureño no identificado, de unos 40 años, murió arrollado por el tren al quedarse dormido y caer de un vagón.
Hace una semana un joven hondureño de 19 años perdió un pie al intentar trepar al tren, y la madrugada del domingo su compatriota Ángela Carolina Moya, de 23 años, perdió la pierna derecha al ser arrollada cuando intentaba bajar.