Viernes 20 de julio de 2012, p. 31
El presidente Hugo Chávez manifestó a principios de 2011 su deseo de reimpulsar la agricultura urbana, y desde entonces no ha dejado de anunciar millonarias subvenciones para transformar azoteas y otros espacios ociosos
en patios productivos de alimentos para que sobre todo los más pobres puedan autoabastecerse al margen de la inflación y de las grandes cadenas comerciales. El plan, inspirado en el modelo cubano y enmarcado en un gran proyecto con el que Chávez quiere volver a convertir a Venezuela en una potencia agrícola, ha permitido cultivar unos 21 mil 600 huertos urbanos familiares, comunales o institucionales, para los que el gobierno ha ofrecido semillas, herramientas y formación para sembrar hortalizas libres de agrotóxicos. Pero la oposición acusa al mandatario de derrochar ingentes recursos económicos en este plan, mientras el campo venezolano sigue sin resolver la crisis que arrastra desde que el país pasó de potencia agrícola a petrolera, en los años 20 del siglo pasado. A pesar de contar con 30 millones de hectáreas cultivables y de que el gobierno expropió casi 4 millones de hectáreas para dinamizar el sector, Venezuela importa hasta 70 por ciento de los alimentos que consume.