Buenos Aires, 10 de julio. La central obrera peronista Confederación General del Trabajo (CGT), uno de los pilares de apoyo de la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner, se encamina hacia una fractura al ser convocados dos congresos por separado, uno de oficialistas y otro de gremios que pasaron a la oposición.

Haremos nuestro congreso de la CGT el 3 de octubre. Esto rompe (a la central). Ya está partida (la confederación), comentó el líder del sector gremial progubernamental y jefe de los metalúrgicos, Antonio Caló, en declaraciones radiales.

Los gremios antigubernamentales alineados con Hugo Moyano, líder del sindicato de camioneros y de la CGT desde hace ocho años, harán un congreso por separado este jueves, pese a que fueron instados a suspenderlo por el ministro del Trabajo, Carlos Tomada, quien les negó legitimidad.

Las organizaciones sindicales afines a Fernández habían impugnado ante el Ministerio del Trabajo la convocatoria de Moyano para celebrar el congreso de la central, que reúne a unos 8 millones de trabajadores.

El líder de la CGT, quien había sido puntal del gobierno del fallecido ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007) y del primer mandato de su esposa (2007-2011), profundizó su desafío al gobierno al movilizar hace tres semanas a decenas de miles de trabajadores frente a la Casa Rosada.

Unos días antes activistas de su gremio bloquearon plantas de gas y gasolina, en una jornada de protestas que amenazó con hundir el país en un serio desabasto, lo cual hizo que Fernández de Kirchner anticipara su regreso al país de la cumbre de Río+20.