El juez 28 penal dictó auto de formal prisión contra Jonathan Javier Arechega Zarazúa, a quien la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) señala como presunto asesino material del general Arturo Acosta Chaparro, por lo que enfrentará juicio ordinario por el delito de homicidio calificado.

Para los padres del implicado, su hijo es un chivo expiatorio al que han incriminado injustamente tachándolo de sicario, además de que el día que fue detenido, el pasado 23 de mayo, fue golpeado por los policías de investigación que incluso trataron de extorsionarlo al pedirle un millón de pesos para dejarlo libre, lo cual quedó asentado en la declaración del implicado.

Javier Arechega y María de Lourdes Zarazúa manifestaron que si bien su hijo abandonó la escuela antes de terminar la secundaria para ayudar a su madre en trabajos de santería, es un muchacho tranquilo, que la mayor parte del tiempo se la pasaba en su casa, ayudando a las labores del hogar, con un carácter noble, sensible, que si alguien lo agrede se pone a llorar.

Es el menor de cuatro hijos y el único varón, que para ganar un poco de dinero, agregaron, ayudaba a algunos locatarios del mercado de la colonia o como vendedor ambulante en las calles del Centro de la ciudad.

Pero a decir de algunos de sus vecinos, quienes pidieron omitir sus nombres, Jonathan pertenecía a una banda de asaltantes de casa habitación y en varias ocasiones lo vieron consumiendo drogas y alcohol casi enfrente de su domicilio. Sin embargo, no tiene antecedentes penales, según la misma PGJDF, aunque, aseguraron autoridades de la dependencia, sí dio positivo en consumo de mariguana y cocaína.

Para los padres del joven, la dependencia no tiene ninguna prueba contundente contra su hijo, incluso en el cateo que hicieron en su casa en busca de la pistola 9 milímetros y la motocicleta utilizadas en el crimen los agentes policiacos no encontraron nada.

Agregaron que su hijo no sabe manejar motos ni ha disparado un arma y negaron que haya sido contratado para privar de la vida a Acosta Chaparro, él no tenía dinero, su ropa la compraba en abonos. De hecho, la PGJDF ha reconocido que al muchacho no se le encontraron cuentas bancarias o indicios que indicaran que haya recibido algún pago.

Aseguraron que el día del homicidio, el pasado 20 de abril en la colonia Anáhuac, en la delegación Miguel Hidalgo, Jonathan estuvo todo el día en su casa, y que después de las 18 horas, minutos antes del crimen, salió con uno de sus amigos pero estuvieron en calles de su colonia.

Agregaron que su hijo no participó en la reconstrucción de hechos que hizo la PGJDF, una de las dos ocasiones en que supuestamente el chofer y el escolta del general lo reconocieron como la persona que le disparó.

Sobre el video que hizo público la PGJDF manifestaron que éste no demuestra que su hijo sea quien disparó, pues en ningún momento se le ve la cara al agresor, incluso la forma de caminar del homicida, no es la de su hijo, a quien, por su forma de andar, entre su grupo de amigos lo apodaban El Chango.