El Instituto Federal Electoral (IFE) negociaba anoche con los equipos de los cuatro candidatos presidenciales el formato para la firma de un pacto de civilidad.

Aunque los cuatro abanderados confirmaron su presencia esta tarde en las instalaciones del IFE, las diferencias se centraban en la forma en que se presentaría el documento político y, en particular, los testigos de honor del mismo.

El acuerdo se firmará en plena veda electoral (tres días antes de los comicios); tiene como fin que los contendientes y sus partidos acepten los resultados del primero de julio y evitar prácticas de compra del voto, así como las manifestaciones violentas antes, durante y después de la jornada comicial.

Las diligencias del consejero presidente del IFE, Leonardo Valdés, se enfocaron en la lista de testigos, luego de que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) manifestó su rechazo a que sólo acudieran en esta calidad representantes del Consejo Coordinador Empresarial y el ex presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana, entre otros.

Para restar tensión a este punto, se amplió la lista de posibles invitados.

Entrevistado sobre las repercusiones del pacto, el consejero Marco Antonio Baños sostuvo que este documento aligera al país y al IFE la etapa poselectoral.

Subrayó que el texto deberá ser firmado sólo por los candidatos como gesto de institucionalidad y, por ello, no se requiere la presencia de testigos de honor, porque este papel corresponde a la sociedad.

El pacto incluye también diversos preceptos para alentar y agradecer la participación ciudadana en las urnas y, sobre todo, rechazar cualquier manifestación violenta antes, durante y después de la jornada comicial del primero de julio.

El consejero Benito Nacif dijo que el pacto de civilidad es una iniciativa de la sociedad civil donde confluyen organizaciones diversas y con objetivos diferentes, pero lo más importante –añadió– es que convergen en torno al impacto: respeto a las instituciones electorales, acatar los resultados y respetar la labor de los funcionarios de casilla.

El IFE ve eso con enorme simpatía; todos cabemos en ese pacto. La democracia es algo que todos apoyamos, que debe unir a México en nuestras diferencias, porque no se deben esconder debajo del tapete.

El consejero Sergio García Ramírez indicó que están pendientes los detalles del pacto y quiénes lo atestiguarán, pero es muy deseable que concurran las distintas posiciones, el mayor número de actores políticos; es necesario congregar voluntades y compromisos pero sobre todo no excluir a nadie.

El consejero Francisco Guerrero dijo que el pacto es un signo de civilidad política que hace mucha falta en el país; al final de las campañas, este acuerdo puede ayudar a distender y, por supuesto, las partes deben estar obligadas a respetar los resultados.

El acuerdo de civilidad es un buen gesto, símbolo de confianza en el IFE, consideró.