El artista transformó 500 armas en 40 instrumentos musicales para el performance Imagine
No basta mostrar la miseria: hay que cambiarla, tenerla presente, pero también buscar solución
, señaló
El acto, parte del Proyecto Líquido, primera propuesta de la Fundación Alumnos47
Lunes 25 de junio de 2012, p. 7
De que hay que protestar con una sonrisa está convencido el artista visual Pedro Reyes (México, Distrito Federal, 1972). Con dicha premisa convirtió medio millar de armas confiscadas por la Secretaría de Defensa Nacional, que le fueron cedidas para fines artísticos, en más de 40 instrumentos musicales, con los que ofreció el performance Imagine, dentro del Proyecto Líquido, primera propuesta curatorial de la Fundación Alumnos47, cuyas actividades concluyen el viernes 29 de junio.
El performance se realizó junto con siete músicos profesionales, quienes a lo largo de tres semanas trabajaron con dos herreros artesanos en la fabricación de los instrumentos, básicamente de cuerda y aliento: contrabajo, xilófono, violines, triángulos, shakers matraca, palo de lluvia, marimba, marímbula, kalimba acuófono, tubófono, zepedaque, flautas, bajo contratambo, cañonófono, cascolira y lapsteel, de particular sonoridad.
Respecto del título, Imagine, el artista recuerda que a su autor, John Lenon, también le tocó que alguien le diera un tiro. Igual que Gandhi y muchos pacifistas han muerto a manos de un loco con pistola
. De allí que el Imagine de Reyes es también una especie de réquiem que busca el descanso de las personas que murieron, ya que las armas alguna vez fueron utilizadas y alguna vez quitaron vidas
.
Transformar en instrumentos musicales el metal recuperado de ellas es como buscar un cariz distinto para que uno pueda empezar a lidiar con este tema
, expresa el entrevistado.
El artista ya había trabajado con armas en 2008, para un proyecto de la Colección Isabel y Agustín Coppel, en el Jardín Botánico de esa fundación, en Culiacán. Reyes escogió hacer un proyecto con impacto social, Palas por pistolas, el cual consistió en una campaña de donación voluntaria de armas de fuego –el Consejo de Seguridad de Sinaloa le puso en contacto con el Ejército–, que luego fueron fundidas, y con cuyo metal se hicieron palas para plantar árboles.
Se recolectaron mil 527 armas que se convirtieron en el igual cantidad de palas. Ya lleva plantados cerca de mil árboles, no sólo en Culiacán, sino en Londres, Dinard, Nueva York y Boston, entre otras ciudades.
A principios de año, un amigo de Reyes, quien labora en la oficina gubernamental Prevención Social del Delito, que trabaja mucho con organizaciones de la sociedad civil, le dijo que en Ciudad Juárez iba a haber un acto público en que se destruirían armas incautadas por el Ejército, pero que existía la posibilidad de guardar algunas. Reyes contactó al Ejército, que le facilitó las armas. Gracias a la invitación de la Fundación Alumnos47 pudo llevar acabo el proyecto.
–¿Por qué hacer instrumentos con las armas?
–Se tienen dos formas de tratar de generar masa crítica: una al protestar y otra al buscar una forma artística. Busco, tanto en las palas como en los instrumentos, convertir un agente de muerte en uno de vida. La única función de las armas de fuego es matar gente; entonces se trata de una especie de transformación alquímica.
Muchas veces en el arte, creadores de mi generación o cineastas, se han concentrado mucho en mostrar la miseria o la violencia. Para mí no basta mostrarla: hay que transformarla como una forma de tener al problema presente, pero también en busca de una salida o solución. Sobre todo, hay que hacer las cosas sin señalar con el dedo.
Uno de los propósitos de Reyes a largo plazo –considera éste un proyecto de vida– es crear un rechazo cultural a la producción y tráfico de armas pequeñas. Quisiera exhibir Imagine en Estados Unidos, porque el problema de tráfico de armas no lo puede resolver México solo
.
Al igual que los demás acontecimientos en torno al miedo de Proyecto Líquido, Imagine se llevó acabo en una casa deshabitada de General Juan Cano 21, en la colonia San Miguel Chapultepec, que será demolida, como último acto performático, a cargo de Enrique Jezik. En un plazo de dos años se construirá allí el nuevo edificio de la fundación, ahora ubicada en Alumnos47.