Varsovia, 16 de junio. Grecia olvidó por un momento el marasmo que atraviesa el país y vio con júbilo cómo su selección devoró a una ausente Rusia para ganar 1-0 y avanzar a los cuartos de final de la Eurocopa.

El capitán Giorgos Karagounis celebró su récord de 120 partidos internacionales con Grecia anotando –en el segundo minuto de descuento del primer tiempo– el único gol del encuentro.

Karagounis dispuso incluso de una clara oportunidad, un penal cometido por Yuri Zhirkov a los 61 minutos, que el árbitro sueco Eriksson consideró simulación del griego. Con la segunda amarilla en el torneo, Karagounis quedó fuera del duelo de la siguiente ronda.

Sorpresiva campeona de la Eurocopa 2004 en Portugal, Grecia mostró hoy buena parte de aquel espíritu: escasa brillantez, enorme capacidad de lucha.

Y Rusia. ¿Estuvo hoy Rusia en el estadio nacional de Varsovia? Los nombres eran los mismos del brillante debut de ocho días antes, aquel 4-1 ante la República Checa, pero el juego fue radicalmente diferente.

Los pupilos de Dick Advocaat no mostraron esa velocidad y sutil juego asociado que situó al equipo como uno de los más atractivos en la Eurocopa 2008, versión que, repetida y mejorada por la experiencia, debía verse en Polonia/Ucrania 2012.

Nada de eso. Hubo un par de arrestos rusos al principio. Un derechazo de Kerzhakov, al minuto 13, que rozó el palo izquierdo de la meta defendida por Sifakis, y una veloz escapada de Zhirkov por la izquierda, pero su pase atrás no encontró a un compañero en el área.

Grecia mostró capacidad de lucha y de anticipo defensivo que le había faltado en los dos primeros partidos. Así, comenzó a devorar a la –en teoría– temible Rusia.

El primer tiempo se iba cuando, de repente, todo cambió: Karagounis encaró una valerosa cabalgada hacia el área y, mal marcado por Zhirkov, definió cruzado al segundo palo para batir al arquero Malafeev.

La hinchada griega enloqueció, tanto como los jugadores, que no dejaban de felicitar a su capitán en el camino al vestuario.

Muy fuerte debe haber sido el golpe para los rusos, porque fue evidente que Advocaat no encontró la manera de levantar a sus hombres, que nada diferente mostraron en el segundo tiempo.

Insistencia griega

Grecia pudo haberse puesto 2-0 con aquel penal no concedido a Karagounis, pero también con un gran tiro libre de Tzavellas, que se estrelló en el ángulo izquierdo de Malafeev (70).

Poco antes del final, Dzagoev, brillante en los dos primeros partidos y de pálido juego hoy, tuvo la posibilidad más clara para Rusia, con un cabezazo que se fue muy cerca del palo.

Pero el duelo estaba controlado por los griegos, que al minuto 64 dieron entrada al defensa Holebas en lugar del delantero Gekas. A Grecia, que mañana celebra unas elecciones cruciales para el futuro de la Europa en crisis, nadie le quitaba hoy su noche de éxito.

El seleccionador portugués Fernando Santos destacó: Estamos muy felices por haber dado alegría a los griegos.

Sobre la crítica situación que vive su país, el arquero Michalis Sifakis expresó: Somos un pueblo maravilloso que no se merece todo esto.

Dick Advocaat, seleccionador holandés de Rusia, culpó de la eliminación a las continuas fallas arriba, en un duelo donde consideró que fueron superiores.

Jugamos bien, al ataque, y los otros se defendieron. Nos marcaron un gol y no conseguimos aprovechar las ocasiones que tuvimos durante la segunda parte, sentenció Advocaat.

En las calles de Atenas se olvidaron de la crisis y se volcaron a festejar. Horas antes de unas elecciones cruciales para el futuro del país y de la Unión Europea, estallaron fuegos artificiales para encender el ánimo.

Por fin una buena noticia, aunque sólo sea en el futbol, declaró un joven desempleado. Esta noche nos olvidamos de nuestra trágica situación, dijo un jubilado de 72 años.