En vísperas de la cumbre del G-20 que se realizará en Los Cabos, Baja California Sur, la organización internacional Save the Children, por medio de su oficina en México, hizo un llamado a los líderes que participarán en ese encuentro a dar prioridad al establecimiento de mecanismos de nutrición y protección social que garanticen la seguridad alimentaria, pues es un componente fundamental para la estabilización económica y financiera.

Save the Children resalta que según la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y The State of Food Insecurity in the World, los precios de los alimentos son 137 por ciento más altos en 2012 que en 2000, y añade que el alza de los precios por las actuales crisis económicas ha arrastrado a la pobreza a más de 100 millones de personas.

En el documento Una vida sin hambre, cómo combatir la desnutrición infantil, Save the Children refiere que mientras los(as) líderes del mundo han dedicado su tiempo a una crisis económica tras otra, una crisis de hambre y desnutrición que afecta a millones de niños y niñas ha ido avanzando sin control.

Añade que mientras el mundo ha estado viviendo años de agitación financiera, una malnutrición penetrante y a largo plazo ha estado erosionando lentamente las bases de la economía mundial, destruyendo el potencial de millones de niños y niñas. A razón de esto exhorta a los líderes mundiales a poner un alto a esta problemática alimentaria, pues considera que es la base para dejar de ahondar y superar las crisis financieras.

La organización dedicada al cuidado de la infancia y con presencia en 124 países expone que “una combinación de tendencias globales –el cambio climático, precios volátiles de los alimentos, incertidumbre económica y cambios demográficos– están poniendo todavía más en riesgo los futuros avances en el combate de la desnutrición” y alerta que si estas tendencias continúan en los siguientes 15 años, 450 millones de niños y niñas sufrirán daños irreparables en su cerebro y cuerpo.

Destaca que se debe mejorar la productividad agrícola para lograr mayor disponibilidad de alimentos y acceso por parte de poblaciones vulnerables y llama al G-20 a promover el aumento de las inversiones para intervenciones rápidas de protección social dirigidas a poblaciones vulnerables.