Su carrera deportiva no es sacrificio, sino aprendizaje, considera
Domingo 3 de junio de 2012, p. a22
Ni orgullo, ni sacrificio: para Josefina Sánchez, madre de Paola Espinosa, la carrera de la ex campeona mundial y medallista olímpica de clavados, que ha seguido tan cerca como le ha sido posible, es aprendizaje y disfrute
, una trayectoria que encontrará su punto óptimo en Londres 2012.
Ella es una niña que sabe lo que quiere, yo creo que desde que nació
, asienta doña Fina, en una sesión de entrevistas organizada por un corporativo empresarial que asumirá el viaje y la estadía de las familias de los atletas mexicanos más destacados que se dirigen a la cita olímpica.
Centrada en cada movimiento de Paola, como lo ha hecho desde que se inició en la práctica de los clavados a los cinco años de edad en La Paz, la madre de la deportista tiene muy claro el panorama y la expectativa hacia Londres, donde la competidora buscará la ansiada medalla de oro en la prueba de 10 metros.
Estos Juegos son la culminación del trabajo de muchos años. Sabe que es su momento y tiene una entrenadora sensacional
, dice al referirse a la china Ma Jin, quien considera que ha cultivado en Paola mucha fuerza física, mental y espiritual; le ha dado muchas cosas que, no es que les haga falta (a los deportistas), sino que no hay quienes les enseñen a los muchachos a darse cuenta de que se debe trabajar mucho para lograr los objetivos.
Josefina Sánchez Dávila no siente que haya sido un sacrificio haber tenido que partir a la familia para venir a esta ciudad al cuidado de Paola, quien desde los 12 años se concentró en el Comité Olímpico Mexicano, y ella instalarse cerca, en casa de familiares, mientras la hermana mayor, Fernanda, se quedó en La Paz con el padre, Marco Antonio Espinosa.
Después, el equipo a cargo de Francisco Rueda se trasladó a Nuevo León, donde Paola cursó casi toda la preparatoria, para luego retornar al Distrito Federal y dedicar al menos la última década a la exhaustiva preparación que exige el más alto nivel de competencia.
Nada se habría podido lograr sin la comunicación que siempre tuvimos como familia. El sacrificio no lo siento como tal, pero si quieres lograr algo, te va a costar el doble, a lo mejor el triple que a los demás, porque es casa, es escuela y es deporte.
Josefina, quien instruía a niños de prescolar y asistía a su esposo como entrenador de natación mientras sus hijas se formaban en el deporte, destacó la fortaleza de Paola, pues si en Pekín 2008 quedó en el cuarto sitio individual, ahora está en su momento, va por el primero (...) Creo que vamos a tener, no una, sino dos satisfacciones
, dijo, en referencia a que competirá en la prueba sincronizada con Alejandra Orozco.