Por medio de la presidencia pro tempore de la Cumbre del G-20, el gobierno mexicano ha jugado el papel de un peón dócil en el tablero geoestratégico de las potencias que integran ese grupo informal, al defender el interés de especuladores financieros y empresas trasnacionales, advirtió Andrés Peñaloza, de la Coalición Mexicana frente al G-20, al señalar que un ejemplo de ello es la protección a ultranza del sistema financiero en perjuicio de la actividad productiva y generadora de empleos.

Al participar en el foro nacional Políticas públicas de izquierda en México: experiencias y alternativas al neoliberalismo, advirtió que la inclusión financiera que promueve el G-20 es un eufemismo para ocultar el carácter excluyente del neoliberalismo y la bancarización forzada de los millones de empobrecidos en el mundo.

Ilustró esta situación con la intermediación bancaria en las transferencias que se hacían en efectivo bajo el programa Oportunidades para 6.5 millones de familias empobrecidas, que a la postre les significará una merma en esos apoyos al tener que pagar elevadas comisiones por tener un supuesto acceso al ahorro, al crédito y a ciertos mecanismos de seguros de vida.

Otro ejemplo, dijo, es el de la educación y denunció que mientras que en Québec, Canadá, miles de estudiantes protestan por un alza del precio de la matrícula de 75 por ciento en 5 años y en Chile el movimiento estudiantil mantiene en crisis el modelo privatizador de la educación pública, el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa lo adopta bajo el eufemismo de la inclusión financiera a través del Programa Nacional de Financiamiento a la Educación Superior, mediante el cual en este 2012 se destinarán 2 mil 500 millones de pesos en créditos educativos para 23 mil jóvenes y en la que participan diversos bancos y 21 universidades privadas.