Sociedad y Justicia
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Derechohabientes recorren largas distancias para ser atendidos

Cerrado y con dictamen pendiente, el Hospital Gonzalo Castañeda del Issste
 
Periódico La Jornada
Lunes 28 de mayo de 2012, p. 35

El Hospital General Gonzalo Castañeda del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) cerró sus puertas hace ocho meses por supuestas fallas estructurales, pero sin el dictamen que avalara tal decisión. Hasta hace unas semanas, la dirección del organismo aún tenía los resultados de dicha evaluación, pero mientras los derechohabientes deben pagar las consecuencias.

Lo que antes se resolvía en unas horas, ahora les toma más de medio día, como a Gregoria Hernández, quien por un problema de rodillas acude cada mes a consulta a la Clínica de Especialidades Indianilla, siempre acompañada de un familiar. Antes iba al Gonzalo Castañeda, que está a 15 minutos de su domicilio. Hoy le toma casi una hora el traslado a esta unidad médica en la colonia Doctores; además, debido a que está imposibilitada para subir y bajar del transporte público debe tomar taxi.

Asimismo, del gasto de unos 80 pesos por viaje, su hija, o quien la acompañe, debe dejar sus responsabilidades. Es cierto, el hospital estaba mal, descuidado, pero ahora está peor: cerrado y sin que le hagan nada, dice.

A pesar del tiempo transcurrido, las autoridades no han dado ninguna información sobre el destino del nosocomio, o por lo menos si el cierre tuvo una justificación real. A su llegada a la dirección del Issste, en noviembre, Sergio Hidalgo Monroy no encontró ningún dictamen, por lo que ordenó que expertos realizaran la evaluación.

El Hospital Gonzalo Castañeda abrió sus puertas en 1968, está en Tlatelolco y en sus 104 camas censables atendía a 75 mil derechoabientes al año. Aunque en septiembre de 2011 se decía que el inmueble sería demolido, cobra fuerza la versión de que necesita una remodelación para corregir deficiencias en instalaciones de gas y sistema eléctrico, que son las más graves, y darle el mantenimiento general que nunca le dieron en muchos años”, según dicen algunos trabajadores.

A Evangelina Dávalos tampoco le hace gracia que el hospital Gonzalo Castañeda esté cerrado. Su hija se cayó y sufrió una fractura del hombro. De su trabajo la llevaron a la Clínica Indianilla, donde atienden las urgencias, pero sólo la vendaron. Los médicos solicitaron el traslado a un hospital de Tacubaya, donde sería intervenida quirúrgicamente.

La historia del abandono de las clínicas y hospitales del ISSSTE es vieja y se debe, de acuerdo con Hidalgo Monroy, a que el presupuesto para el área de salud no incluye la reposición de infraestructura; en otros casos, los proyectos para obras se quedaron truncos por falta de recursos o porque ante la tardanza en el proceso administrativo se han transferido al pago de pensiones y jubilaciones.

Para empleados consultados por La Jornada, esto puede ser cierto en parte, pero también está el saqueo del que ha sido objeto el instituto; dinero sí ha habido, pero lo han usado para quién sabe qué cosas.