En el centro de toda concepción de izquierda el estado de bienestar está en la extensión de los derechos sociales, los que pueden verse también con la perspectiva de la desmercantilización, lo cual permite que el nivel de vida se independice de las fuerzas del mercado, sostuvo Julio Boltvinik al participar en el foro Los grandes problemas nacionales, que promueve el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Amerita que los mercados se vuelven universales y hegemómicos, el bienestar de los individuos se vuelve totalmente dependiente del vínculo mercantil. Es porque vendo algo que obtengo: los recursos para obtener bienestar. Si no vendo, no existo en la sociedad. Al despojar a la sociedad de las instituciones que garantizaban la reproducción social, fuera del contrato laboral, la gente se volvió mercancía. La sociedad se mercantilizó y la vigencia de los derechos sociales significa disminuir ese estatus de mercancía de las personas.

Araceli Damián, investigadora de El Colegio de México, al igual que Boltvinik, advirtió de la necesidad de encontrar una definición de la pobreza que transforme las concepciones actuales. Cuando la pobreza se concibe como calamidad menor en la sociedad, se ubica el empleo como el único problema a resolver. Se corre el peligro de favorecer políticas encaminadas al crecimiento económico sin importar el precio, sin tratar de corregir las desigualdades imperantes.

En su turno, el político Martí Batres señaló que el éxito e incluso continuidad de los gobiernos de izquierda han dependido de la atención que brindan al tema social o al desdén y olvido que han tenido de éste. Cuando un gobierno que se proclama de izquierda no atiende lo social pierde el apoyo de la gente, y cuando lo atiende de manera prioritaria construye una continuidad para que en lo sucesivo se sigan presentando transformaciones de ese tipo, enfatizó.

René Cervera aseveró a su vez que la creciente violencia y el número cada vez mayor de jóvenes sin oportunidades de empleo y educación hacen evidente la necesidad de modificar las políticas públicas que deberían garantizar el bienestar social. Dijo que en la historia del país no ha sido posible construir una pirámide de políticas sociales que se vayan mejorando. Por lo contrario, añadió, hoy se da la coincidencia de diversas políticas que terminan por atrofiar el Estado de bienestar.

Finalmente, Rolando Cordera, quien cerró la serie de intervenciones en el foro, comentó: Nunca hemos tenido un conjunto institucional, organizado para dar seguridad y bienestar a los mexicanos. Señaló que lo que debería sorprendernos a todos es que entramos a la segunda década del siglo XXI con más de 70 por ciento de mexicanos viviendo en diferentes niveles de pobreza, que no tienen garantizados sus derechos fundamentales, y menos de 30 por ciento tienen ingresos que les permiten solventar en alguna medida el acceso a esos niveles de bienestar.

Señaló que la pregunta que se debe plantear en algún momento es que hay una crisis en Europa cuyos efectos en México no es posible determinar aún. Entonces, ¿es posible reformar el capitalismo en función de objetivos determinados democráticamente que tengan que ver con el mejoramiento general de la sociedad? Esa es la cuestión que los mexicanos tenemos que abordar más temprano que tarde, subrayó.