La agrupación Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) lanzó el octavo capítulo de la serie Catolicadas, en el cual expone que la mayor parte de la feligresía está de acuerdo con el derecho de heterosexuales, lesbianas, homosexuales, transexuales y personas transgénero a vivir libremente su sexualidad; asimismo, expone que el Estado debe asegurar que estas garantías sean respetadas en la vida pública y privada.

CDD estableció que contrario a la postura homofóbica de la jerarquía, la Encuesta de Opinión Católica 2010 revela que 68 por ciento de la feligresía está de acuerdo con el derecho de todas las personas a vivir libremente su sexualidad y 57 por ciento opina que el Estado debe garantizar que sus garantías sean respetadas tanto en el ámbito privado como en el público.

El octavo capítulo de la serie animada que se reproduce en Youtube se titula ¡Es un clásico!, y en éste los protagonistas, Sor Juana y el Padre Beto, llegan a la casa de una familia integrada por una pareja de homosexuales en busca de apoyo para la colecta de damnificados.

En esta entrega se resalta que toda forma de discriminación debe ser eliminada por ser contraria al plan divino.

En el contexto de la conmemoración –el pasado jueves– del Día internacional de lucha contra la homofobia, la lesbofobia y la transfobia, ayer CDD emitió el nuevo capítulo de la producción que pretende contribuir al debate público en torno al papel de la Iglesia católica en la sociedad mexicana, evidenciar las incongruencias entre la falta de compromiso de la jerarquía católica en la defensa de derechos humanos fundamentales por un lado, y las enseñanzas del Evangelio y la tradición católica por el otro.

CCD señaló que desafortunadamente muchos obispos han realizado declaraciones ofensivas, discriminatorias, que atentan contra la dignidad de integrantes de la comunidad de la diversidad sexual y recordó el rechazo y la condena de nuestra Iglesia a la reciente reforma en el DF, en la que se permite el matrimonio y la adopción de menores a parejas del mismo sexo, lo cual –indicó– ha dejado ver esta actitud discriminatoria.

Destacaron que si la jerarquía dedicara esta misma fuerza y tiempo a luchar por una vida digna con salarios justos, vivienda, salud, educación, realmente estaría contribuyendo al reino de Dios.