El progreso, la prosperidad y el crecimiento de cualquier país requieren que se cumpla la ley y que en primer lugar el Estado la haga valer, afirmó el presidente Felipe Calderón al inaugurar el octavo Congreso iberoamericano de derecho concursal.

Su intervención, centrada inicialmente en el tema económico, la crisis europea y la relevancia de las inversiones públicas, privadas y del extranjero para lograr el crecimiento y la generación de empleos, pasó al de la violencia y la estrategia de su gobierno para enfrentar el crimen organizado.

Advirtió que los gobernantes están obligados a recuperar o mantener la legalidad, y para eso tiene que emplearse la fuerza del Estado, que para eso la tiene. De igual forma, la ley tiene que ser pareja para todos y quien la infrinja debe pagar las consecuencias en procesos justos.

Se pueden dar becas y se pueden hacer carreteras, escuelas y hospitales, pero antes hay que cumplir y hacer cumplir la ley, subrayó ante especialistas, académicos y estudiantes de la Escuela Libre de Derecho, donde se realizó el congreso, a quienes también señaló que esta es una tarea que va más allá de la coyuntura electoral, política o partidista.

Sin embargo, dijo, en México han existido obstáculos para consolidar el estado de derecho por años de prevalencia de una cultura laxa respecto de la legalidad. Durante años los mexicanos nos acostumbramos a que se vale salirse de la ley o conseguir cosas en un margen etéreo y poco definido.

Insistió en que la responsabilidad también ha sido de gobiernos que durante años toleraron corrupción e impunidad, lo que minó las instituciones y nos alejó del imperio de la ley. Eso ha sido un freno al desarrollo del país, apuntó.

De ahí la importancia ahora de que para recuperar la legalidad se utilice la fuerza del Estado. Esto, agregó, es el principal deber de los gobernantes, igual que de los jueces y los ciudadanos que padecen las agresiones de los criminales.

Luego se refirió a sus críticos. Señaló que cuestionar el deber del Estado de cumplir la ley significa verdaderamente un riesgo para cualquier sociedad que quiere ser libre. En la defensa del combate emprendido contra el crimen organizado en este sexenio, Calderón aseguró que la violencia estaría presente si el gobierno hubiese cerrado los ojos o permanecido inmóvil frente al crecimiento de los grupos delictivos.

Expresó que la violencia crece por la ambición y la confronta entre las bandas, con la diferencia de que si el Estado mexicano no hubiese actuado a estas alturas estaría probablemente postrado y sometido a la acción de las bandas delincuenciales.