Base de Culdrose, Reino Unido, 18 de mayo. La llama olímpica llegó al Reino Unido este viernes en un vuelo especial procedente de Atenas, antes de iniciar un recorrido que concluirá en 70 días con el encendido del pebetero en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres.

El fuego olímpico, que viajó en un farolillo fijado al asiento, llegó en un avión de color amarillo oro de la compañía British Airways bautizado Firefly (luciérnaga) que aterrizó en la base aérea de la marina real de Culdrose, en Cornualles (suroeste de Inglaterra), donde fue recibido por el viceprimer ministro Nick Clegg.

En el aparato viajaba también la delegación que el jueves participó en la entrega oficial en la capital griega, incluyendo la princesa Ana, hija de la reina Isabel II, quien se encargó de bajar la llama ante los aplausos de las 500 personas invitadas.

Sólo cuando llega la antorcha te das cuenta de que los juegos ya están aquí, declaró la princesa, experta amazona que participó en Montreal 1976 y forma parte del comité organizador de Londres 2012.

La estrella del futbol David Beckham encendió la primera antorcha dorada en suelo británico. El jugador, quien podría ser incluido en el torneo olímpico, se declaró muy orgulloso de haber participado en esta semana increíble para traer la llama a casa.

El fuego olímpico permanecerá en la base esta noche, antes de ser trasladado en helicóptero el sábado al amanecer a Land’s End, el punto más meridional de Inglaterra, para iniciar un recorrido de 12 mil 875 kilómetros por todo el Reino Unido, con una incursión en Irlanda a principios de junio.

El triple campeón olímpico de vela Ben Ainslie iniciará el periplo. Le seguirán unos 8 mil relevistas de entre 12 y 100 años, en su mayoría anónimos, quienes durante los próximos 70 días llevarán el fuego olímpico a pie, en silla de ruedas, en bicicleta, en moto, en barco e incluso en globo.

Cada voluntario portará durante 300 metros la antorcha triangular, que pasará por más de mil localidades, seis islas y algunos lugares simbólicos.

El fuego viajó directamente al Reino Unido porque el Comité Olímpico Internacional decidió eliminar la gira mundial de la antorcha para evitar las protestas que hubo antes de Pekín 2008.