San Luis Potosí SLP, 13 de mayo. Al hacer un recorrido por los temas que han sido parte de la educación sentimental de tres generaciones, el cantante argentino Miguel Mateos desbordó la plaza Fundadores de San Luis Potosí, en el que fue el último acto del Festival de Letras, la noche del sábado.

El preludio del concierto se antojaba inmejorable, plancha y gradas atestadas. A las 20 horas con 10 minutos Miguel Mateos salió al proscenio para comenzar el deleite.

El primer gran momento del concierto fue cuando Mateos saludó al público, o sea, al terminar de la primera canción. Desde entonces se vislumbró que el público estaba dispuesto a divertirse. En algún momento Mateos dijo al público: “Esta canción se llama Solos en América. Nos recuerda, a mí y a mi hermano, la primera vez que vinimos a México; esto hace 25 años, ¡uf, cómo pasa el tiempo!”

Como emprender el vuelo

También llegaron temas como Llámame, Atado a un sentimiento, Beso francés (que tuvo como variante “dale un beso sanluispotosinés”), Es tan fácil romper un corazón y Si tuviéramos alas, con la que puso a todo el público a mover las manos, como si fuera a emprender el vuelo.

Otra de las canciones que tuvieron excelente aceptación fue Lola, pues la gritería subió de intensidad cuando el cantante explicó: Ésta la compuse cuando supe de un caso de abuso infantil en Ciudad Juárez.

Lo atípico de la clausura fue un prolongado y tremendo chaparrón con granizo en esta desértica ciudad, donde llueve tres o cuatro veces al año y cuando ocurre es por unos minutos. Cuando Mateos sintió las primeras y gélidas gotas de lluvia y vio que el público no se movió, dijo: Esto se va a poner de puta madre. Y así fue: entonó un par de temas, como La sombra en la pared, seguidos de su gran éxito transgeneracional Cuando seas grande, y dejó Obsesión para el encore. Y así, entre público y cantante, regalar una imagen indeleble en la memoria histórica de esta ciudad.

En el festival también se dio espacio a los niños, pues se escenificaron obras para ellos al aire libre en la plaza Fundadores y otras sedes. Una de las que más aceptación tuvieron fue El misterio del helado derretido, escrita y dirigida por Andrés Carreño, con las actuaciones del director, Guillermina Campuzano y Mercedes Hernández.

En entrevista el dramaturgo confesó: Desde que era niño lo que quise hacer fue cabaret para niños; desde que estaba en la escuela de teatro me di cuenta que no me gustaba hacer teatro ortodoxo; quería hacer otra cosa. Así que trabajé mucho con Jesusa Rodríguez y Tito Vasconcelos, y me di a la tarea de llevar a los niños temas que se consideran tabú, planteándoselos con humor inteligente, como es el tema de la muerte.

El director agregó: “Desde mi experiencia, la muerte me ha atrapado; hice varios ejercicios con mis primos menores y sus amigos para preguntarles sobre la muerte. Leí algunos libros y, pues, la vida misma. También hablé con sicólogos y otros especialistas para ver cuál era la mejor forma de explicar el tema a los niños y así se gestó El misterio del helado derretido”.

Carreño también se refirió a los comentarios que ha recibido. Los papás dicen: A mis hijos les gustó, yo como padre sentí extraño, pero gracias por permitir abrir el tema para discutirlo en casa, saliendo del teatro. Comentó que la propuesta del cabaret es que la obra traspase el teatro como tal.

Carreño dijo que lo más importante “es el cuestionamiento, porque a veces no haya respuesta inmediata de los niños; sin embargo, siempre es importante saber qué haya... A nosotros nos preocupa dar respuestas a los niños, pero nos damos cuenta de que no tenemos todas las contestaciones o que haya multiplicidad de ellas para una misma pregunta y cada quien acepta la que necesita o la que puede armar.

“El misterio del helado derretido ya se presentó en la ciudad de México en el Teatro Orientación e hicimos teatro escolar; ahora realizamos un recorrido por varios puntos del interior de la República, como Texcoco, Pachuca y Puebla.”