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En archivos previos, traficantes narraron los nexos del militar con Beltrán Leyva y Los Zetas

La muerte de Acosta Chaparro, venganza de narcos, línea de la Siedo en el caso

Siguen sin revelar la identidad del agresor, videograbado en una cámara de vigilancia del DF

 
Periódico La Jornada
Domingo 13 de mayo de 2012, p. 13

Una venganza de grupos dedicados al tráfico de drogas es la línea que sigue la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (Siedo) en torno al móvil del asesinato contra el general Arturo Acosta Chaparro.

Altos mandos de la Procuraduría General de la República (PGR) revelaron que la Siedo integra –al igual que las procuradurías generales de justicia militar y del Distrito Federal– una averiguación previa relacionada con Acosta Chaparro, un militar de alto rango que participó en acciones represivas en contra de disidentes políticos en los años 70 y 80, y también fue juzgado y luego exonerado por tribunales castrenses por las acusaciones de desaparición forzada y delitos contra la salud.

Acosta Chaparro fue ejecutado de tres tiros en la cabeza por un hombre de unos 25 años, el 20 de abril pasado. El homicida caminó desde la esquina de Lago Como hasta el número 194 de Lago Trasimeno, dirección del taller mecánico Servicio Europeo, especializado en reparar coches Mercedes Benz.

El militar estaba platicando con dos personas, uno de ellos el mecánico que arreglaría su vehículo, cuando su agresor se acercó a unos metros del grupo y abrió fuego. Eran las 18:15 horas. Quince minutos más tarde fue declarado muerto. El asesino escapó a bordo de una motocicleta deportiva cuyo conductor lo esperaba en la esquina de Lago Como y Lago Trasimeno, en la colonia Anáhuac, en la ciudad de México.

Entre los antecedentes que han llevado a la PGR a investigar la conexión del homicidio con el narcotráfico están los archivos que datan de 1998, cuando el Ministerio Público Federal interrogó a Tomás Colsá McGregor, El joyero de los narcos, quien narró que durante una reunión con Amado Carrillo Fuentes, El señor de los cielos, en 1996 líder del cártel de Juárez, éste le contó que intentaba llegar a un arreglo con los generales Arturo Acosta Chaparro y Francisco Quirós Hermosillo, para que los traslados de droga en aviones no fueran afectados.

En la averiguación previa PGR/056/96 existe el siguiente testimonio: Vi a Carrillo Fuentes en una casa de Cuernavaca, Morelos; es una casa grandísima... Allá me encontré a Amado Carrillo, quien luego de escucharme me indicó que estaba negociando con los militares para llegar a un arreglo y poder andar libremente en el país, a cambio de una cantidad determinada de dinero que se les entregaría. Quería que yo estuviera presente en alguna de las pláticas que sostuviera con esos generales con los que negociaba, para que emitiera una opinión sobre el acuerdo al que llegaran.

Eso ocurrió, supuestamente en una casa, propiedad de Javier García Morales (hijo de Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz) en el municipio de Tlajomulco de Zúñiga, en Jalisco. García Morales nunca fue citado a comparecer ni condenado por los delitos que le imputó Colsá McGregor.

En septiembre de 2011, Javier García Morales fue asesinado por dos hombres que viajaban en motocicleta, en el momento en que descendió de su camioneta y se dirigía a un restaurante ubicado en la esquina de avenida Providencia y la calle Bogotá, en la Colonia Providencia, en Guadalajara. Los agresores escaparon a bordo de la motocicleta.

Según las fuentes consultadas, ambos casos podrían estar relacionados; sin embargo, la Siedo ha concentrado sus esfuerzos en el asunto de Acosta Chaparro por considerar que arrojará indicios de los dos homicidios.

En particular, luego de que Sergio Enrique Villarreal Barragán, El Grande, uno de los principales operadores del cártel Beltrán Leyva (cuyo grupo inició operaciones en los años 90 como sicarios al mando de Amado Carrillo), se convirtió en testigo protegido de la Siedo y afirmó que Acosta Chaparro tuvo nexos con los grupos de Beltrán Leyva y Los Zetas.

Villarreal Barragán fue detenido por elementos de la Secretaría de Marina en septiembre de 2010 en Puebla, para luego de un año ser declarado testigo protegido y revelar a la Siedo que Acosta Chaparro se reunió en dos ocasiones con Arturo y Héctor Beltrán Leyva entre 2007 y 2008: la primera de ellas en el fraccionamiento Las Brisas Guitarrón, en Acapulco, y en la otra, en un rancho que se localiza en Santo Tomás Ajusco, al sur de la ciudad de México.

El Grande fue uno de los hombres más cercanos a Arturo Beltrán Leyva (abatido por marinos en diciembre de 2010 en Cuernavaca) y dijo a la PGR tener conocimiento de que Acosta Chaparro aceptó sostener un encuentro con Miguel y Omar Treviño Morales, líderes de Los Zetas.

Las fuentes consultadas indicaron que la PGR investiga datos aportados por Sergio Villarreal, y las pistas que ha obtenido la procuraduría capitalina, con la cual existe intercambio de información, y en la que no se ha revelado la identidad del homicida de Acosta Chaparro, quien fue captado por una cámara de vigilancia de la policía del DF.