Opinión
Ver día anteriorDomingo 13 de mayo de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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El Despertar

Un alto en el camino

Bajo la Lupa

Doble estatización de la planta nuclear de Fukushima y Bankia/España

José Agustín Ortiz Pinchetti
Alfredo Jalife-Rahme
A la mitad del foro

La noche de los machetes

Telescopio

De nuevo Silvio Berlusconi

León García Soler
El Buscón
Desde otras ciudades

Funerales virtuales

Mar de Historias

La maestra Julia

Cristina Pacheco
Los puntos sobre las íes

Primera corrida nocturna en esta ciudad capital

Foro de la Cineteca

Esto no es una película

Carlos Bonfil
¿La Fiesta en Paz?

Agüitas, ¿patrimonio cultural o matrimonio empresarial?

Prosigue el taurinismo mexhincado

Guerra antidrogas: ¿fracaso o mascarada?
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n momentos en los que crece, en sectores amplios de la opinión pública internacional, un consenso sobre el fracaso de la llamada guerra contra las drogas declarada por Estados Unidos en 1971 –en el gobierno de Richard Nixon, con la promesa de obtener un mundo libre de adicciones–, resultan significativas, esclarecedoras y preocupantes las palabras formuladas ayer por el lingüista estadunidense Noam Chomsky, en el contexto del aniversario de la publicación NACLA (Congreso Norteamericano para América Latina).

Leonardo Páez
El Correo Ilustrado

Compara a Peña Nieto con Díaz Ordaz

E

l viernes pasado se presentó Enrique Peña Nieto en la Universidad Iberoamericana de la ciudad de México. Tuvo un recibimiento de abucheos y rechazo, y lo mismo pasó con su accidentada presentación y posterior salida del auditorio. Lo que nos debe preocupar son sus palabras de justificación del porqué actuó con la fuerza pública en el caso Atenco. Eso quiere decir que antes que solucionar el problema por la vía del diálogo, de sugerir una mesa de entendimiento, de resolver el problema atacando sus orígenes, él se decide por usar a la policía y reprimir, y no conforme con eso, buscó que la justicia para escarmiento de todos aplicara las penas más severas a los líderes, los cuales fueron a parar a un penal de alta seguridad, peor que los delincuentes más peligrosos. Ahora dice que hasta la Suprema Corte avaló dicha acción.

Políticos ladrones
S

iempre y en todas partes ha habido políticos ladrones. De diferente entidad y avidez, pero siempre los hay. Claro que la referencia es obligada para aquellos que son descubiertos en sus fechorías, pues los que no lo son, simplemente, no entran en la cuenta. Ser ladrón, suele pensarse, sólo se revela cuando se le descubre, que, cuando no, el latrocinio no existe. Que haya políticos honestos y respetuosos de lo ajeno, por el contrario, es algo que llega a conocerse; pero también es muy difícil de saberlo y más todavía de comprobarlo.

Arnaldo Córdova
De fatalidad y necedades
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esplantes y debates van, vienen y vendrán, pero el magma incandescente de nuestro descontento veraniego no se conmueve, como si se tratara de un profundo malestar para todas las estaciones: la cultura, la sociedad y la economía. Tal el fruto de los cambios económicos globalizadores de fin de siglo, y el del tránsito político democratizador de inicios de milenio.

El (inexistente) debate presidencial
L

a prensa mundial encontró irrelevante, a justo título, el remedo de debate entre los candidatos a presidente de México y sólo destacó la concepción cabaretera de los organizadores, así como la edecana –llamémosla así– que se tomó prestada a Playboy.

Rolando Cordera Campos
Guillermo Almeyra
El gas importado, el noroeste y la solución con geotermia
L

a Comisión Federal de Electricidad (CFE) sacó hace poco programas para el norte y el noroeste. Se publicaron el 17 de febrero pasado. Aprovechan que no hay en esa región producción de gas importante en México. Y, claro, no van a usar otros medios de generación, ya cerraron hidroeléctricas y otras, sino su fuente favorita de contratismo: el gas natural. E importado.

El debate
M

e llamó la atención, lo confieso. Y que conste que no solamente por la edecán encargada de entregar a los candidatos los papeles correspondientes. Reconozco que todos los actuantes lo hicieron bien. Unos mejor que otros, por cierto, lo cual es normal. Lo que no se esperaba, por lo menos yo no lo esperaba, fue la actuación destacada de Gabriel Quadri, quien estuvo sólido, seguro y bien plantado.

Antonio Gershenson
Néstor de Buen
Debate necesario
S

í, es necesario un debate nacional. Es imprescindible. Y no me refiero –por cierto– a la caricatura del pasado domingo. Sí, en cambio, al que debe darse en torno a un punto central que, al menos desde hace 35 años, he escuchado de mis maestros, mis compañeros y ahora de mis alumnos, en la Facultad de Economía de la UNAM. Incluso –yendo un poquito más lejos– de una u otra manera lo escuché desde finales de los sesenta de varios maestros de economía del Tecnológico de Monterrey, en aquellos años en que todos los lunes veía llegar al campus Monterrey, a don Eugenio Garza Sada, a reunirse con el rector Fernando García Roel, y en los que se demandaba una apertura que no se dio. En este caso me refiero a profesores notables como Giorgo Berni, Jean Pierre Vielle, Hermann Von Bertrab, entre otros del Departamento de Economía del Tec de entonces. Y en el caso de la UNAM a profesores muy importantes –permanentes o visitantes– como Jean Pierre Angelier, Carlo Benetti, Orlando Caputo, Juan Castaingts, Emilio Caballero, Lilia Domínguez, Theotonio Dos Santos, Pío García, Eduardo González, Raúl González, Arturo Huerta, Rogelio Huerta, Edith Klimovsky, Pedro López, Ruy Mauro Marini, Jean Marie Martin, María Luisa de Mateo, Pedro Paz, Jaime Puyana, Carlos Toranzo, José Valenzuela, Ángel de la Vega, entre otros muy pero muy queridos y admirados, de la División de Posgrado de mi amada Facultad.

Tiernos en la fe
L

a calle ahora llamada República de Guatemala en tiempos de México Tenochtitlan era parte de la calzada de Tlacopan, una de las cuatro que unía la ciudad mexica con tierra firme. En esta vía la orden religiosa de los agustinos adquirió varios predios con el fin de levantar un hospicio (albergue) para sus misioneros. El motivo detrás de esa decisión tiene su historia: los frailes nacidos en la Nueva España eran considerados tiernos en la fe. Por esa razón no eran enviados como misioneros al lejano Oriente, teniendo que venir de la península los encargados de evangelizar esas tierras, por ser el paso por este continente la ruta más corta. En la escala de descanso que llevaban a cabo en la ciudad de México, al descubrir la sabrosa vida capitalina, muchos perdían el interés en seguir al Oriente. Eso ocasionaba que solicitaran permanecer en la metrópoli, o en alguno de los espléndidos conventos que la orden tenía en todo el país.

José Antonio Rojas Nieto
Ángeles González Gamio
Un amigo para toda la vida
E

n una reunión de trabajo conocí a un abogado que me cayó muy bien. Más en tímida búsqueda de amistad que de empleo, yo acababa de integrarme al cuerpo de profesores de una nueva institución de lenguas y letras, y al inicio de clases el director, Eduardo Artigue, quiso darnos la bienvenida y presentarnos a unos con otros. Éramos una veintena de invitados, entre lingüistas, escritores, periodistas, traductores, lexicólogos y profesores de fonética. Sabíamos que Artigue se había tenido que enfrentar a problemas graves para lograr constituir su entidad de forma legal, y que al abogado presente le había correspondido desenredar los enredos y poner orden, tarea que, dedujimos, había sido ardua, y razón por la cual su artífice legalista, ahí entre nosotros, en consecuencia merecía nuestro agradecimiento y admiración. Cuando Artigue nos lo presentó con estas referencias, nos explicamos su presencia en la reunión, ya que en el medio no habríamos sabido en qué especialidad ubicarlo. Sea como sea, su segundo apellido, Espronceda, a mí me pareció familiar, de modo que cuando buscó sentarse a mi lado, no me incomodó, a pesar del disfraz de misántropo que uso para ocultar mi deseo de amistad.

Bárbara Jacobs