Atenas, 9 de mayo. El líder izquierdista griego Alexis Tsipras fracasó este miércoles en su intento de formar un nuevo gobierno opuesto al rescate internacional, lo que dejó al país muy cerca de verse obligado a celebrar nuevas elecciones. Nuestra propuesta disfrutó de amplio respaldo en la sociedad, pero no en el Parlamento. No podremos cumplir nuestro sueño de una administración de izquierda, indicó Tsipras a su bancada, segundo grupo mayoritario tras las elecciones del 6 de mayo. Mañana devuelvo el mandato, agregó.

Alexis Tsipras, cuyo partido Syriza dio la sorpresa en las legislativas del pasado domingo al convertirse en la segunda fuerza más votada del país (con 16.7 por ciento de los sufragios), trata desde el martes de formar gobierno, después de que Antonis Samaras, líder del partido conservador Nueva Democracia, que ganó las elecciones, fracasó en la formación de un gobierno el lunes pasado.

En el intento de formar una coalición de izquierda, Tsipras se entrevistó el martes con los dirigentes comunistas del KKE, que rechazaron toda cooperación con Syriza, con los de Izquierda Democrática y también con los responsables de otras formaciones pequeñas como los ecologistas, que no lograron el 3 por ciento de votos necesario para ingresar al Parlamento.

También se reunió con el líder socialista Evangelos Venizelos, tercera fuerza del país, y con el propio Samaras. A ambos los acusó de tender trampas y de hablar como si fueran “jugadores de cartas.

No se puede apoyar a la vez un gobierno antiausteridad y el acuerdo firmado por Grecia con la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional para recibir apoyo financiero a cambio de políticas de austeridad o las políticas de la jefa del gobierno alemán (Angela Merkel), justificó Tsipras.

El desacuerdo político ha impulsado las especulaciones de que Grecia podría ser expulsada de la zona euro, a pesar de que los sondeos muestran que Atenas quiere quedarse. No me arrepiento. Me siento reivindicado porque los dos partidos que favorecen el rescate han sido injustos con nosotros durante muchos años, afirmó Petros Chiotopoulos, de 70 años, quien posee una pequeña empresa de alquiler de autobuses y votó por el partido conservador Griegos Independientes.

Esa postura era compartida por decenas de griegos en Atenas que dicen no arrepentirse de haber castigado a una clase política gobernante que ha presidido durante cinco años de recesión, creciente desempleo, menguantes salarios y una corrupción rampante. Los votantes quieren asegurarse de que su voz se oye tanto en casa como en Europa: quieren quedarse en la zona euro, pero no pueden asumir más sufrimiento.