El desempleo en el balompié profesional es bastante complicado, por lo que la Comisión del Jugador lleva a cabo el quinto programa de visorias para que clubes y algunas universidades brinden una segunda oportunidad a futbolistas que no han podido integrarse a un equipo.

El presidente del organismo, Daniel Bonilla, planteó que “nuestra finalidad no es sacar un Chicharito, sino crear fuentes de trabajo” para jóvenes que no han logrado colocarse en algún club profesional y darles una opción ante un panorama social que se les dificulta cuando ven cerradas las puertas en este deporte.

Hemos tenido eventos desafortunados en jugadores de segunda y tercera divisiones, quienes se convierten en alcoholicos o drogadictos y entran en fuertes depresiones, señaló el dirigente al hablar sobre los miles de jóvenes que no son contratados por equipos y que pusieron todas sus esperanzas en este deporte.

Dijo que la Comisión del Jugador realiza, en el Centro de Capacitación, el referido programa de visorías, que reúne a unos 250 jóvenes seleccionados en San Luis Potosí, Guadalajara, Monterrey, estado de México y Distrito Federal. Ellos fueron elegidos entre más de 5 mil futbolistas noveles que fueron profesionales y hoy están sin empleo.

“Les dimos una nueva oportunidad de trabajo. Se brinda el escenario ideal a jugadores desempleados para que se muestren no sólo a visores de clubes profesionales, sino también a observadores del Tec de Monterrey, de la Universidad del Valle de Mexico y de la Ibero.

Así, los que no tengan posibilidad de ser profesionales son becados en instituciones de educación superior, dijo Bonilla, quien mencionó que tratan de orientarlos para que no apuesten todo su futuro a este deporte.

Resaltó: “la vida fuera del balompié es difícil. A muchos les venden espejitos, otros dejan absolutamente todo por llegar a ser futbolistas profesionales. El problema es que muy pocos llegan.

“En este programa nos enfocamos en jugadores de segunda y tercera y tratamos de que también se formen como personas de bien, que tengan valores dentro y fuera de la cancha, que el fair play (juego limpio) no sea nada más para jugar, que se sepan manejar con el balón y también afuera.”

El objetivo, agregó el dirigente, es crear conciencia en los jugadores, en sus padres y en los profesores, de que el futbol no es todo en la vida, pues también hay mucha vida después de él.

Bonilla consideró que este programa ha sido exitoso porque han ubicado en equipos o universidades a 20 por ciento de los solicitantes, aunque admitió que es un problema complejo.

“Hay mucho desempleo en el futbol. Es como un cono, porque los jugadores empiezan a formarse en la tercera división y son como 300 equipos. De ahí pasan a la segunda y se reducen a 80 y luego a la liga de ascenso, donde solo hay 18, igual que en el primer circuito.

Entonces, inevitablemente muchos se van quedando en el camino y para nosotros es muy importante abrirles las puertas y brindarles otra oportunidad, ya sea en el futbol o fuera de él, señaló Bonilla.

Para la realización de las visorías, el dirigente cuenta con el apoyo de ex jugadores como Juan Hernández y Ángel Rambo Sosa, así como con el patrocinio de empresas, lo que permite que esta especie de feria del empleo en el futbol sea gratuita para los aspirantes.