Academias nacionales de 15 países emiten recomendaciones a la Cumbre del G-8
Desde Washington proponen a los gobiernos hacer un llamado a la comunidad internacional de investigación para desarrollar soluciones que satisfagan la necesidad de agua y energía
Jueves 10 de mayo de 2012, p. 2
Las academias de ciencias nacionales de 15 países, entre ellas la mexicana (AMC), emiten hoy, desde Washington, declaraciones conjuntas en las que invitan a los líderes que asistirán a la próxima Cumbre del Grupo G-8 y a otras reuniones internacionales a celebrarse este año a considerar más a fondo el papel esencial que la ciencia y la tecnología pueden desempeñar para enfrentar algunos de los desafíos más apremiantes del planeta.
El G-Science (nombre del panel de academias) recomienda a los gobiernos hacer un llamado a la comunidad internacional de investigación para que desarrolle soluciones sistemáticas e innovadoras a tres problemas: a) cómo satisfacer las necesidades de agua y energía de forma simultánea, b) cómo desarrollar infraestructura para tener capacidad de recuperación ante los desastres naturales y tecnológicos y c) cómo medir con mayor precisión las emisiones de gases de efecto invernadero sobre una base de nivel nacional para verificar el progreso hacia los objetivos nacionales y los compromisos internacionales.
Señalan que, si bien generalmente se entiende que el agua y la energía son elementos claves en la seguridad alimentaria mundial, no se está prestando suficiente atención a esa relación: la energía requiere del agua y ésta de la primera.
Si no consideramos al agua y a la energía en conjunto, surgirán deficiencias que aumentarán la escasez de ambos recursos
, alerta.
Hace un llamado a los responsables de la toma de decisiones para que reconozcan la interacción directa de esos dos elementos, mediante el diseño de políticas que integren a ambos, y que hagan hincapié en la conservación y la eficiencia energética. También será necesaria la cooperación regional y mundial, afirma.
Los costos de los desastres se han incrementado en los años recientes, en parte debido a que ha aumentado el número de personas que habitan zonas vulnerables, de escasa infraestructura e insuficiente capacidad institucional para prevenir desastres o para responder ante ellos. El terremoto del año pasado en Japón fue un recordatorio de que incluso los países desarrollados son susceptibles de los efectos de las catástrofes.
Una segunda declaración de G-Science subraya que la evaluación sistemática de los riesgos futuros y la reducción de la exposición a los mismos son la guía más eficaz para desarrollar la infraestructura para poseer la capacidad de recuperación ante esos fenómenos, independientemente de sus causas.
Para ello es necesaria la mejora de los sistemas de salud pública, las normas de construcción, fortalecer los programas de asistencia y el uso de tecnologías de la información para desarrollar sistemas más rápidos de alerta y de respuesta, destaca.
Se necesitan métodos más precisos y estandarizados para calcular las fuentes humanas y naturales de gases de efecto invernadero, así como de sumideros (procesos mediante los cuales se extrae de la atmósfera un gas o gases y se almacenan), como requisito para un tratado internacional sobre el clima y para determinar la efectividad de los programas nacionales de reducción de emisiones, afirma.
Uso de instrumentos de medición
El grupo de científicos recomienda medidas que pueden adoptarse para llenar los vacíos de conocimiento en temas claves sobre este problema en unos años. Se necesitarán informes anuales de todos los países acerca de sus emisiones de gases de efecto invernadero y sumideros, así como la cooperación internacional para compartir nuevas tecnologías y datos, mayor uso de los instrumentos de medición, además de métodos de evaluación estandarizada para controlar correctamente las emisiones a escala nacional.
Las declaraciones de G-Science fueron firmadas por los líderes de las academias de Brasil, Canadá, China, Francia, Alemania, India, Indonesia, Italia, Japón, Marruecos, México, Rusia, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos, sede de la Cumbre del G-8 este año.
En los siete años pasados, las academias de ciencias que representan a los países que asisten a la cumbre han emitido declaraciones con antelación para informar a los delegados de esa reunión de mandatarios sobre temas de ciencia y tecnología de importancia.
En 2012, por primera vez, las academias utilizaron el término G-Science para suscribir sus declaraciones, ya que pretenden informar no sólo a los líderes que asistirán a la Cumbre del G-8, sino también a los integrantes del G-20, de la Cumbre Ambiental Río+20 y a participantes de otras reuniones importantes.
El G-Science también señala que las declaraciones han sido firmadas por los dirigentes de las academias nacionales de ciencia de otros países, además de los que integran el llamado G-8+5.