Un informe de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), revela que de diciembre de 2000 a julio de 2005 la oficina del jefe de Gobierno de esta ciudad, encabezada en ese periodo por Andrés Manuel López Obrador, gastó en total 674 mil 125 pesos en el rubro de comunicación social.

El documento, elaborado con base en los datos contenidos en la cuenta pública del GDF correspondiente a cada uno de esos años, detalla que incluso en 2001, 2002 y 2003 dicha oficina ejerció menos recursos respecto de los asignados para la partida 3600. En los años siguientes hubo un desembolso mayor a lo presupuestado.

El reporte abarca hasta julio de 2005, ya que posteriormente el ex mandatario local se separó del cargo y fue relevado por Alejandro Encinas Rodríguez, quien cerró esa gestión.

A la par, la Comisión de Presupuesto detalló los gastos que se realizaron en el ámbito de comunicación social durante el periodo mencionado, pero de toda la administración pública local. Según el dato se erogaron mil 234 millones 732 mil pesos.

De acuerdo con el presidente de esa comisión legislativa, Erasto Ensástiga, la cifra incluye el dinero que desembolsaron para ese rubro todas las secretarías del gobierno central, las 16 delegaciones políticas y los órganos desconcentrados y entidades del gobierno capitalino, que usaron ese dinero lo mismo para difundir una campaña de vacunación que un programa para cuidar el agua o bien enterar a la ciudadanía de los beneficios fiscales cada comienzo de año.

Por ello, dijo, “lo que escuchamos a Enrique Peña en el debate de los presidenciables, de que López Obrador había dado mil millones a Televisa, es una mentira; ahí están los datos de la cuenta pública (que elabora la Secretaría de Finanzas), que incluyen todo lo relacionado a publicidad, sea en televisión, radio, espectaculares, prensa, etcétera.

Claro que de 2000 a 2005 se destinaron poco más de mil millones de pesos en servicios de impresión, publicación, difusión e información, pero correspondió a todo lo que ejerció el aparato de gobierno.

Finalmente, expresó: quien quiera puede checar la cuenta pública; ahí están los números fríos, claros y que desmienten lo dicho por Peña. Esos datos fueron auditados y nadie en su momento señaló irregularidades.