Ante la oleada de críticas por la presencia y el atuendo de la edecán argentina Julia Orayen la noche del debate entre candidatos presidenciales, el Instituto Federal Electoral (IFE) deploró el desacierto de producción y ofreció una disculpa pública a la sociedad y a los aspirantes.

Visiblemente molesto, el consejero presidente del organismo, Leonardo Valdés, atribuyó toda la responsabilidad al productor, Jesús Tapia, y afirmó que analizan su cambio para el segundo debate.

En medio del revuelo en redes sociales por el pronunciado escote de Orayen, el consejero electoral Lorenzo Córdova calificó la vestimenta de indignante y vergonzosa para el IFE.

No es posible que una institución que tiene una comisión de equidad de género y un panel de expertos en la materia presente un estereotipo de la mujer de lo más desafortunado. Personalmente ofrezco una disculpa pública.

Jesús Tapia –quien laboró para el centro de producción de la Presidencia en el sexenio de Vicente Fox– admitió en entrevista radiofónica con Joaquín López Doriga que no supervisó personalmente el atuendo de Orayen, pues en ese momento revisaba en la unidad móvil la señal del satélite.

También en entrevista radiofónica, Orayen confirmó la versión de que le solicitaron llevar tres vestidos blancos, pero al final le pidieron que fuera largo y, agregó, el que utilizó fue el único que cumplía con esa característica.

Sin embargo, en el instituto se informó que ella acudió al escenario donde se realizaría el debate con un saco que impidió ver el escote que tanto llamó la atención, y sólo cuando iba a entrar se despojó de esa prenda.

El presidente de la Comisión de Debates, Sergio García Ramírez, señaló: es un manifiesto error de producción (...) Me he comunicado con los representantes partidistas para ofrecer una disculpa a los candidatos.

Los consejeros Francisco Guerrero y Alfredo Figueroa dijeron que el IFE –que contrató al productor– debe asumir su error.

La consejera Macarita Elizondo aseveró que el debate es un espacio formal, de cierta solemnidad, y requería un trato de esa naturaleza. Es lamentable que se considere a la mujer un objeto de distracción, contra lo que hemos luchado.