Senadores y diputados –en especial priístas y panistas– reivindicaron el triunfo de sus respectivos candidatos presidenciales en el debate del domingo.

El senador priísta Manlio Fabio Beltrones sostuvo que Enrique Peña Nieto se impuso en el debate como el candidato de las propuestas realizables y el único que es capaz de dar resultados. Ha afianzado la ruta del PRI hacia el triunfo.

El también senador priísta Francisco Labastida Ochoa señaló que el debate resultó mejor de lo que la gente esperaba. Creo que hubiera sido preferible ponerle más énfasis a las propuestas, pero Peña Nieto estaba entre dos fuegos.

El panista Rubén Camarillo consideró que se deben hacer cambios al formato, como permitir preguntas de los ciudadanos y hacer más ágiles tanto las réplicas como las contrarréplicas.

Los debates son para contrastar posturas, porque las propuestas ya se conocen, las hacen todos los días los candidatos, pero se debe contrastar la personalidad para saber si lo que plantea se tiene la capacidad para llevarlo a cabo, y quedó claro que sólo hay que apretarle un poquito a Peña Nieto para que salga su carácter autoritario, afirmó.

Las bancadas de PRI, PAN y PRD en la Cámara de Diputados continuaron con su propio debate, y el tricolor enfocó sus críticas a la candidata Josefina Vázquez Mota, quien cuando fue legisladora participó en sólo 120 de 374 votaciones en el pleno.

El coordinador del PAN, Alberto Pérez Cuevas, insistió en que como gobernador Peña Nieto no cumplió sus compromisos, y se incrementó la inseguridad en el estado de México.

En respuesta, el coordinador priísta, Francisco Rojas, consideró falto de ética que en el debate Vázquez Mota citara la muerte de la niña Paulette Gebara, y afirmó que la candidata panista utilizó como propuestas de campaña reformas ya aprobadas por la Cámara de Diputados, como el bachillerato obligatorio y las escuelas de tiempo completo.

Así que se le olvidó o hay una especie de regateo o hipocresía en términos de los reconocimientos o desconocimiento de los temas abordados en San Lázaro.

El panista Óscar Arce consideró que el modelo de debate es arcaico, y que las preguntas se publiquen antes del encuentro no permite contar con una visión de quién puede ser un buen presidente en funciones.

También el PRD demandó cambiar el formato del debate para el 10 de junio, con el fin de propiciar una verdadera discusión entre los candidatos.

El dirigente perredista, Jesús Zambrano, se pronunció por que se otorgue más tiempo a cada intervención y haya mejoras en los elementos de producción.

A su vez, dirigentes campesinos y feministas consideraron que el formato para el debate impidió que la ciudadanía tuviera más información en torno a sus propuestas sobre los grandes temas nacionales.

Milenio Feminista lamentó que el Instituto Federal Electoral haya utilizado el estereotipo de la mujer. Rechazó el uso del cuerpo de las mujeres para exhibirlas como objeto decorativo.

Nada justifica que se sigan reproduciendo acciones arcaicas para distraer a la ciudadanía, aseveró Guadalupe Quijano García, activista por los derechos de la mujer.

Los investigadores de la UNAM Arturo Rodríguez y Ricardo Uvalle consideraron que en el debate ninguno de los candidatos dijo cómo conduciría sus políticas de gobierno y resolvería los problemas que aquejan el país, como la violencia, el narcotráfico, las más de 50 mil muertes por la guerra contra el crimen, el desempleo y el rezago en la educación.

Señalaron que se centraron en resaltar sus proyectos, sin profundizar cómo se aplicarían, a quiénes beneficiarían y cuánto costarían.