Llama a defender de las mafias
a este sector desprotegido en su busca de una vida mejor
Denuncia participación de funcionarios de alto nivel en este negocio ilegal; pide redoblar esfuerzos
Jueves 22 de marzo de 2012, p. 25
Puebla, Pue., 21 de marzo. El coordinador de la Pastoral de Migrantes de la Zona Sur Golfo, Alejandro Solalinde Guerra, denunció que no cesan los secuestros de migrantes que cruzan el país –desde Chiapas hasta la frontera con Estados Unidos–, perpetrados por bandas del crimen organizado.
Por ello, apremió a defender a los centroamericanos de las mafias
conformadas por funcionarios, policías municipales, agentes federales y miembros de la delincuencia, para que no les arrebaten sus sueños
ni violen sus derechos humanos.
En una visita a la Universidad Iberoamericana (Ibero) Puebla, el sacerdote informó que hace cuatro días unos mil 500 migrantes de Centroamérica tomaron los vagones del tren en la ciudad de Arriaga, Chiapas, para intentar cumplir con el llamado sueño americano
.
Este fenómeno, explicó, es una muestra de cómo ni las autoridades mexicanas ni las estadunidenses pueden controlar y aminorar el flujo de indocumentados hacia la frontera norte de México. Planteó la necesidad de redoblar esfuerzos para cuidar de nuestros hermanos
en su trayecto, pues regularmente son víctimas de trata, del narcotráfico y de abusos cometidos por agentes federales y municipales.
El párroco Alejandro Solalinde participó como ponente durante el segundo informe de labores del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría SJ de la Ibero Puebla, donde explicó las formas y causas de la migración en México y los retos que existen para atender a este sector desprotegido.
Advirtió a las autoridades federales que no cejará en su lucha a favor de las garantías individuales de los indocumentados, a pesar de las amenazas y hostigamientos que han sufrido los voluntarios de las organizaciones defensoras de los derechos.
Reveló que, por causa de las denuncias sobre esas agresiones, ha sufrido una serie de amenazas de muerte, pero no precisamente del crimen organizado, sino que podrían provenir “de un alto funcionario del gobierno de Oaxaca o el gobierno federal, porque es hasta esos niveles que se ha incrustado la delincuencia organizada.
Con mis denuncias he trastocado sus intereses. Los secuestradores son el último eslabón de la delincuencia organizada, que se debe combatir en las más altas esferas políticas gubernamentales
, insistió en entrevista.
Por último, exhortó a la sociedad civil a organizarse y trabajar por la protección y defensa de ese sector vulnerable. Si la delincuencia se organiza, nosotros también lo debemos hacer. No sólo con oración, sino con acciones, a pesar de que nuestra labor sea mal vista, y hasta como un delito, por las autoridades
, concluyó.