León, Gto., 21 de marzo. A un costado de la escultura de la Santísima Trinidad, pieza central del altar de mármol de la Catedral, cuelga un enorme lienzo con la fotografía de Joseph Ratzinger. Tú eres Pedro, se lee en la parte baja.

Para el vendedor de recuerdos que tristea a la entrada del templo es una lástima que Pedro no sea Juan Pablo II. Con sus carteles en mano se lamenta, en el día del natalicio de Benito Juárez: Si fueran del otro ya los hubiera vendido todos.

La catedral, donde este domingo se reunirá Benedicto XVI con la plana mayor de la jerarquía católica del continente, se halla sobre la calle Álvaro Obregón, el presidente manco muerto a manos de un fanático católico.

Historia vieja, si las hay, porque, como se lee en Benedictus, un periódico editado especialmente para la visita del jefe de El Vaticano, ahora es distinto. Ahora el gobierno participa del júbilo del pueblo. ¡A Benedicto XVI se le recibe con mariachis!

El artículo de opinión firmado por Angélica Bustamante sostiene que en 1979 el Papa fue recibido por un presidente frío y protagónico que creyó adornarse manifestando que desde su juventud había perdido la fe.

Hoy, en cambio, nuestro Presidente es el primero en mostrar su entusiasmo uniéndose al regocijo desbordado del pueblo.

Ya se verá este viernes si el entusiasmo tiene esa característica pues, por lo pronto, en la tienda vecina de la catedral los carteles, estampas, escapularios, gorras y playeras no salen a la velocidad que los vendedores desearían.

En esa tienda y varias cercanas se vende todo tipo de recuerdos de la visita papal: desde sencillas banderitas vaticanas hasta medallas de plata, pasando por frascos metidos dentro de costalitos de tela. Para el agua bendita, dice la joven vendedora. Otro artículo a la venta son calcomanías para pegarlas en los coches, pero en un día entero en esta ciudad no se ve ningún auto que la porte.

Regocijo desbordado con dinero público

Las ventas flojas contrastan con la energía que los gobiernos federal, estatal y municipal, todos panistas, han puesto en la visita del jerarca católico.

El gobierno estatal puso, por ejemplo, 2 millones de pesos para iluminar la catedral y hace un par de años el ayuntamiento –también espléndido ahora– compró una manzana entera, frente al templo, para construir una plaza que consagró a los mártires del 2 de enero, con un costo superior a los 90 millones de pesos. A unos pasos, la antes llamada Plaza de la Constitución se llama ahora Plaza de los Mártires, en memoria de la matanza de un grupo de sinarquistas en 1946, perpetrada por un general que se había tomado a pecho la orden de contener a la derecha de Manuel Ávila Camacho, un presidente que al arrancar su sexenio había declarado: Soy católico.

Los cálculos de los reporteros locales, a partir de información oficial, dan cuenta de un gasto de 138 millones de pesos, sólo en obras y algunas erogaciones extraordinarias de los ayuntamientos. El que muestra mayor regocijo desbordado es el gobierno estatal, que encabeza Juan Manuel Oliva, que pone 75 millones de pesos en estructuras para la misa. El municipio de León invertirá 14 millones de pesos para horas extras de sus empleados, estacionamientos y baños portátiles. El alcalde de Guanajuato capital gastará 5 millones, en tanto que su colega de Silao pagó otros 5 millones en un sistema de iluminación del Cristo Rey que corona el Cerro del Cubilete, aunque la misa papal será matutina.

La sala de prensa internacional, repleta de pantallas y computadoras, tiene capacidad para 500 periodistas y letreros que dan la bienvenida con los emblemas de la Conferencia del Episcopado Mexicano, El Vaticano y los gobiernos estatal y federal.

Los 58 kilómetros que separan la capital del estado de la ciudad de León lucen decenas de anuncios espectaculares. Lo mismo ocurre en muchas calles por las que no pasará el papamóvil. La mayoría de los anuncios han sido colocados por empresas que aprovechan para hacerse publicidad (sin llegar al extremo no tan antiguo de las papas del Papa). Pero no faltan los anuncios del gobierno estatal y los municipios.

En el país y en Guanajuato la mitad de la población es pobre y los gobiernos de derecha tiran millones sólo para tres días, con el argumento de que la presencia del Papa generará una supuesta derrama económica, pero no se ve que esté llegando turismo, dice Martha Fernández, estudiante de derecho, quien forma parte de un grupo de jóvenes de la Universidad de Guanajuato que, con organizaciones civiles, tiene previsto realizar una marcha de protesta este viernes, poco antes de la llegada de Benedicto XVI.

Fuentes del gobierno municipal admiten que las expectativas fueron elevadas, pues estimaron la llegada de 760 mil personas y una derrama económica de 880 millones de pesos.

De excomulgados a bendecidos

A veces nos excomulgan y a veces nos bendice el Papa, dice socarrón el mando de la Policía Federal, a cargo de 400 hombres que se desperezan a las cuatro de la madrugada, en un hotel en medio de la nada, entre León y Guanajuato capital.

El oficial se refiere a la excomunión de que fueron objeto él y otros policías que allanaron una parroquia dentro de la cárcel de Saltillo, lo que les mereció ser echados de la Iglesia por el obispo Raúl Vera, apenas en enero pasado.

Sobre el chaleco, el oficial no lleva cartucheras sino tres teléfonos que atiende a cada rato.

“¡Órale rambos conchudos!”, gritan a los rezagados, mientras decenas de hombres hacen fila para el café. Y esto no es nada, ayer llegamos en 70 camiones, incluyendo, tráilers. Traemos de todo, dice el oficial de las fuerzas federales, especializadas en reacción y antimotines.

No es nada. Apenas una pequeña parte de los 13 mil elementos del Ejército y las tres policías que se harán cargo la seguridad del Papa.

Las acciones de seguridad incluirán 30 retenes, algunos con arcos destinados a detectar armas. Vehículos blindados, aviones no tripulados, equipos de detección molecular, francotiradores a lo largo de los recorridos del papamóvil y mil de los mil 891 elementos del Estado Mayor Presidencial estarán dedicados estos días a la seguridad de Ratzinger y la plana mayor católica del continente.

Aquí, los federales convierten en cuartel la unidad deportiva del bulevar Adolfo López Mateos. Por la mañana, estacionan una decena de ambulancias y hacen maniobras para bajar decenas de motocicletas que escoltarán al pontífice.

El Estado Mayor Presidencial hace lo propio en el estacionamiento subterráneo de la Plaza Fundadores, uno de los más grandes del centro de León.

Todos los ingredientes anteriores serán puestos a prueba este jueves, con un ensayo general de la misa del domingo.

El american alligator y la comunión de Hitler

Los hoteles, que subieron sus tarifas a los cielos, informaban ocupación completa. Pero hoy el alcalde panista Ricardo Sheffield dice que todavía hay cuartos y espacios para acampar.

Puede que algunas llaves de hotel no encuentren dueño. Pero eso no ocurrirá con la llave de la Ciudad de León, que le será entregada a Benedicto XVI dentro de una caja de piel de cocodrilo (american alligator), con acabados pespuntados e interiores de becerro italiano.

León entrega su llave a su Santidad, el mensaje de paz entre los pueblos, el profundo amor a la humanidad, así como el compromiso inquebrantable con los que menos tienen y menos saben, dice el alcalde del regalo.

Por la tarde aparecen carteles donde se ve a Benedicto XVI ofreciendo la comunión a Hitler, en alusión al pasado del jefe de la Iglesia católica. La imaginación de los detractores de la visita, puesta en serigrafía rojinegra, es rápidamente arrancada de postes y paredes.