Dos atentados en Kandahar y Helmand dejan nueve muertos
Jueves 15 de marzo de 2012, p. 26
Kabul, 14 de marzo. El secretario estadunidense de Defensa, Leon Panetta, admitió hoy durante una visita a Afganistán –donde a su llegada dos atentados dejaron nueve muertos en las regiones de Kandahar y Helmand– que el caso de los libros del Corán quemados y la matanza de civiles por un soldado de Estados Unidos son profundamente inquietantes
.
Cuando el avión que llevaba a Panetta aterrizaba en la principal base militar británica en Afganistán, Campo Bastion, en la provincia sureña de Helmand, un vehículo conducido hasta la pista de aterrizaje se incendió. Sin embargo, en ningún momento el secretario u otro ocupante del aparato estuvieron en peligro por este incidente
, indicó un comunicado de las fuerzas de ocupación en Kabul.
El presunto autor
de la acción fue detenido, en tanto que un soldado británico resultó herido en el incidente
, precisó la Organización del Tratado del Atlántico Norte, a la vez que el Pentágono descartó que se haya tratado de un atentado suicida ya que no se hallaron explosivos en el vehículo o en el conductor del vehículo
, al parecer un empleado de la base.
Panetta aterrizó en la mañana en una visita de dos días para tratar de contener las consecuencias negativas por la matanza el domingo de 16 civiles afganos en la provincia de Kandahar por un soldado estadunidense, y estimó que estos incidentes individuales
no alejarán a Estados Unidos de su misión: vencer la rebelión de los talibanes y sus aliados de Al Qaeda.
Se reunió primero con responsables tribales de la región, a quienes intentó tranquilizar después de la matanza del domingo. Estas conversaciones fueron excelentes
, según el portavoz del Pentágono, George Little, pero quedaron de inmediato en segundo plano por un atentado que dejó ocho civiles muertos en una carretera en Helmand, y un agente murió y otros dos fueron heridos en Kandahar.
Luego Panetta habló a las tropas estadunidenses en la principal base militar de de Campo Leatherneck, en donde los soldados que acudieron a escucharlo estuvieron obligados a dejar sus armas en la entrada del recinto cuando normalmente las conservan con ellos frente al secretario de Defensa.
Allí dijo que los enemigos nos van a desafiar
y que el infierno de la guerra nos va a desafiar
. El secretario de Defensa viajó a continuación hacia Kabul, donde debe reunirse este jueves con el presidente Hamid Karzai.
En tanto, el suboficial estadunidense que cometió la matanza de los 16 afganos fue transferido fuera del país porque Afganistán no tiene
la infraestructura carcelaria para este caso, según dijo el Pentágono, por la demanda de los familiares de las víctimas que reclaman que se le juzgue en suelo afgano.
Un sondeo de opinión sobre la citada matanza arrojó que 40 por ciento de los estadunidenses consideran que ese hecho debilitó
su apoyo a la guerra de Washington en el país asiático. Además, 61 por ciento estimó que las tropas estadunidenses debían ser enviadas a casa inmediatamente, señaló la encuesta online de Reuters-Ipsos levantada el 12 y 13 de marzo.