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Participarán ocho artistas y se proyectará El informe Toledo

México tendrá amplia participación en la 11 Bienal de La Habana
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José Camilo López Valls, del Centro de Arte Contemporáneo Wilfredo Lam y organizador de la bienal, durante la entrevistaFoto María Meléndres Parada
 
Periódico La Jornada
Lunes 12 de marzo de 2012, p. a11

Con ocho artistas, la representación mexicana será una de las más numerosas del continente americano en la décima primera versión de la Bienal de la Habana, que tendrá lugar del 11 de mayo al 11 de junio próximos en la capital cubana.

A ello se suma la proyección del documental El informe Toledo, dedicado al pintor oaxaqueño, como una de las actividades especiales del encuentro internacional de arte contemporáneo, único de su tipo en la nación isleña.

Este documental fue realizado en 2010 por Albino Álvarez como parte de los festejos por el 70 cumpleaños del artista y activista social juchiteco, el cual propone un recorrido por su vida y obra.

De acuerdo con José Camilo López Valls, del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, organizador de la bienal, la delegación mexicana será encabezada por Gabriel Orozco, artista mexicano de mayor proyección y reconocimiento internacionales hoy día, quien trabaja en una obra ex profeso para la ocasión.

Los otros creadores nacionales seleccionados son Damián Ortega, Marcela Armas, Pablo Helguera, Rafael Lozano-Hemmer, Raymundo Sesma, Arcángel Constantini y Saúl Villa, informa el funcionario isleño, quien es director de Relaciones Internacionales de dicho centro cubano de arte.

En entrevista, López Valls destaca que la participación mexicana en la Bienal de la Habana ha sido significativa desde el principio, y menciona que incluso Francisco Toledo estuvo presente en la segunda versión.

La elección de los participantes se hace mediante propuesta directa del comité organizador, comenta, la cual se hace llegar a los gobiernos o autoridades correspondientes de cada país, con el fin de obtener el apoyo necesario.

Subraya que este encuentro fue concebido por el gobierno cubano hace más de dos décadas, como un espacio alternativo para hacer evidente el quehacer de aquellos creadores que no figuran en la dinámica de mercado.

De alguna manera se trata de descubrir talentos, agrega el especialista, quien precisa que ello no significa estar cerrados a la participación de grandes figuras. No queremos que parezca una bienal de nuevos artistas, sino fomentar el diálogo y la discusión.

Otro de los aspectos que destaca López Valls es la condición apolítica de la bienal, ya que en ella participan artistas cubanos sin importar si radican en la isla, así como estadunidenses o de cualquier otra nacionalidad.

Eso no implica que el encuentro carezca de una función social o política, agrega, pues parte de su misión es servir como complemento del sistema educativo cubano. La idea es que el pueblo pueda relacionarse, informarse y educarse con lo más nuevo del arte contemporáneo del mundo.

Dentro de lo artístico, enfatiza, no existen temas vedados, ni siquiera los de corte político: “La bienal, en sus años de existencia, ha puesto el dedo en muchas llagas. La única línea es mantener el respeto hacia los iconos de la Revolución (cubana). Como dijo el comandante Fidel Castro en 1961: ‘Desde la Revolución, todo; contra la Revolución, nada’. Esa es nuestra única línea: no ridiculizar a ningún político de ninguna parte del mundo”.

Prácticas artísticas e imaginarios sociales es el tema que regirá la 11 Bienal de La Habana. En ella participarán alrededor de 160 artistas de más de 20 países.

Según la convocatoria del encuentro, la pretensión del mismo es enfatizar el papel del arte en la transformación de objetos y como catalizador de sujetos sociales. Esta bienal aspira a explorar las disímiles acepciones de lo público teniendo en cuenta las consabidas intervenciones en espacios urbanos, los proyectos de carácter interactivo, lúdicos, multidisciplinarios; los procesos de inserción social y de trabajo de comunidades, hasta los soportes que han ampliado gradualmente los niveles de accesibilidad a la tecnología y a las actuales formas de comunicación.

Una de las singularidades de esta versión, según López Valls, es tratar de eliminar el halo elitista del arte y sacarlo de sus espacios habituales, como galerías, museos y centros culturales, para llevarlo a las calles y que la gente de a pie pueda tropezarse con él.

De tal manera, señala, es que en la capital cubana se han diseñado una serie de circuitos de exhibición que contemplan recintos y espacios al aire libre, que van desde el Teatro Nacional hasta el Malecón.

Un aspecto a destacar es que para el público interesado en asistir a este encuentro, el gobierno cubano ha diseñado atractivos paquetes de viajes.

Mayores informes en las páginas web paradiso.cu y mallcubano.com, así como en los correos [email protected] y [email protected]