A varios de mis modelos no les gusta el resultado; no soy un pintor convencional
, asegura
más allá de la corrección anatómicaen sus retratos
El pintor sueco expone más de 90 cuadros realizados entre 2003 y 2012 en San Ildefonso
Lunes 12 de marzo de 2012, p. 9
Si es del todo claro que el retrato de alguien es sólo un reflejo posible de su aspecto físico, en el caso del pintor, muralista y retratista sueco Johan Falkman eso es fundamental, pues siempre trata, asegura, de ir más allá de la forma.
Si hago un retrato eso no tiene que ver con mi atracción física hacia la persona, sino con mi atracción hacia su personalidad. Si vamos a capturar la personalidad de alguien, tenemos que ir más allá de lo que es su corrección anatómica, ir hacia adentro de la persona para que surja su verdadera personalidad.
Así lo planteó el artista durante el anuncio de la exposición Johan Falkman: la alteridad en el espejo, que consta de más de 90 cuadros de personas en lo individual o en grupo, realizadas entre 2003 y 2012, que será inaugurada el jueves 22 de marzo en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.
El rostro es lo más importante en un retrato, dijo Falkman, y si éste no funciona, pues no hay un buen retrato, aunque el resto de la pintura sea bueno.
No soy un retratista convencional. A varios de mis modelos no les gustaron los resultados. Por eso algunas veces me gustan aún más esas pinturas, porque hay algo que temen los retratados, hay algo dentro de ellos mismos con lo que no se sienten cómodos. También he tenido muchos clientes que están muy contentos con sus retratos.
Mientras avanza el montaje de la muestra, Falkman, quien expone por primera vez en México, realiza el retrato de don Juan Diego
, una persona que conoció aquí en la ciudad de México y cuya personalidad le atrae, por ubicarse entre lo angelical y lo demoniaco
.
Comentó que el modelo, de quien no se dieron mayores detalles, es muy amable, pero de pronto hace ciertos comentarios llenos de acidez y dureza. Debido a que el retrato se sumará a la exposición, deberá estar concluido en unos días, aunque Falkman apenas lleva el trazo de tiza sobre la tela.
Entre los retratos que se exhibirán figuran los de la actriz Marianne Mörck, el actor Lars Humble, varios médicos destacados de la Universidad de Lund y la condesa Eva Thott, así como grupos de familias suecas.
Formado en su país y luego en Estados Unidos, Falkman refiere cierta influencia en él de la pintura mexicana, desde que vino al país por primera vez, en 2008. Le atrae en especial el muralismo, y sobre todo los tres grandes
, en especial Orozco. De hecho, aparte de los retratos en caballete, su principal característica, a partir de su experiencia mexicana también ha realizado murales en Suecia.
La manera de llegar a un retrato, comentó, pasa primero por la selección de la persona mediante una carta o llamada telefónica. Tal vez, agregó, se trate de alguien sobre quien ha leído en los diarios, lo ha visto en televisión, le han encargado un retrato sobre esa persona –como en el caso de la serie sobre médicos–, o simplemente es conocido suyo.
Varios retratados, comentó, se han molestado por el resultado, porque dicen que no son ellos. Eso pudiera ser, porque yo he mostrado la parte de ellos que no los hace sentirse cómodos, pero esa era precisamente la parte que me interesaba. Hay algunas mujeres que quisieran que las hubiese pintado hermosas. Todos nos queremos ver bellos, pero no estoy tan interesado en la belleza tradicional.
Acerca de la influencia de los muralistas mexicanos, Falkman dijo: Amo a Orozco, por ejemplo. Soy muy diferente de él como persona, pero amo su agresividad, sus colores tristes, grises. Creo que fue todo un artista revolucionario. Y por tanto, quisiera que me permitiera trabajar con base en ese sentimiento, pero no puedo hacerlo así y tengo que acercarme al arte de forma completamente diferente
.
Explicó: Nunca he experimentado los traumas y dificultades que los muralistas mexicanos tuvieron que vivir con las guerras civiles, las luchas de clase, los choques entre razas, las crisis financieras. Por tanto, puedo permitirme estar inspirado por ellos y puedo robarme tanto como quiera de ellos y tratar de transformar sus formas de pintar en mi obra
.
Tras destacar los aspectos políticos, filosóficos y sicológicos que Orozco muestra en sus cuadros y murales, agregó: “Como lo admiro tanto, creo que sus formas de ver al hombre y de mitificarlo me permiten analizar aún más allá a los sujetos de mi pintura en forma muy dura, para nada condescendiente.
Creo que a Orozco no le importaba nada lo que pensaran sobre sus retratos. He tomado una parte de este tipo de crudeza, la he hecho mía a través de mi propia personalidad. He tenido la capacidad de combinar los diferentes aspectos en un estilo de retrato unificado.
Durante el anuncio, encabezado por Paloma Porraz, directora del Antiguo Colegio de San Ildefonso, Leticia López Orozco, curadora de la exposición y especialista del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional Autónoma de México, comentó sobre el acercamiento de Falkman al arte y el muralismo mexicano: “Esa aproximación comienza con los cánones o patrones estéticos mexicanos; él pretendía hacer un arte que se compartiera más por todos los suecos, pues allá no hay una tradición muralística. A partir de ahí comenzó a descubrir confluencias e influencias con los artistas de la Escuela Mexicana de Pintura y de nuestros días, con creadores tan contemporáneos como José Castro Leñero y Mónica Castillo.
La tradición del retrato en México viene desde la Colonia, y a Falkman eso lo subvirtió, le produjo llegar a pensar que era de este país, que se sentía como en su casa. Ello en un género plástico aparentemente en desuso o ya caduco. Pero no es así, porque la tradición del retrato continúa como una de las alternativas creativas más importantes de la pintura.
Todo ello, agregó López Orozco, hizo pensar en una exposición de Falkman. Es asomarnos a la ventana de un país como Suecia, a los personajes que él retrata: profesores, médicos, pero también a los aristócratas, banqueros, artistas de teatro, músicos. Esto permite un abanico del espectro social sueco
.
Son personajes, abundó la curadora, que muestran el glamour o la dureza de los académicos, incluso el miedo al autoritarismo de los médicos, que a Falkman le viene desde la infancia.
Dijo que este creador sueco hace una recuperación del estilo neoexpresionista y que tiene confluencias con los neovanguardistas alemanes. Falkman permite ver que ese estilo tampoco se ha agotado, pues hace una reinvención o reinterpretación que vale la pena ver
. Y gracias a la tradición mexicana del retrato, concluyó, es posible un diálogo con un artista como él
.