El artista alemán propone resignificar el producto que más produce la civilización
Las obras que exhibirá en el museo de San Carlos se conectarán con las piezas de la exposición permanente del recinto
Me gusta jugar con los objetos; tienen algo de realismo
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Lunes 12 de marzo de 2012, p. 8
El artista alemán Thorsten Brinkmann, quien por primera vez exhibe en México, presentará instalaciones, fotografías y esculturas creadas a partir de objetos de desecho que encuentra en la basura, en la calle y en los mercados de pulgas, para darles sentido artístico y funcionalidad, asociados con la historia del arte.
En Despertar, Brinkmann manipula objetos ordinarios, desechos de la civilización que son ensamblados. Refresca el género de la naturaleza muerta y con ello rompe la idea negativa sobre el concepto de basura, al tiempo que critica el consumismo exacerbado de las sociedades desarrolladas, que se deshacen de cosas inmediatamente porque carecen de imaginación para dar otro uso a los objetos.
También recurre al autorretrato para explorar la combinación entre distintos materiales, la luz y la fotografía, pero con la particularidad de que oculta el rostro del modelo, ya que es él. A través de las imágenes, Brinkmann establece un vínculo entre las personas y sus cuerpos con el mundo de los objetos.
Las fotografías muestran a seres reales y a la vez ficticios, al emplear cosas que se convierten en prótesis y máscaras, las cuales dan mayor expresión al cuerpo del modelo.
El artista exhibirá en el Museo Nacional de San Carlos objetos que establecerán una conexión con la colección permanente del recinto, la cual está integrada por obras que van de los siglos XIV a principios del XX. En entrevista con La Jornada, Thorsten Brinkmann explica que su interés por la basura surgió al darse cuenta de que es lo que más producen los individuos en la vida, y de lo cual se deshacen fácilmente.
En Alemania se hizo un estudio sobre los productos desechables, y me pareció interesante utilizar desechos y resignificarlos, no reciclarlos. La propuesta consiste en darle otro valor al producto que más produce la civilización: la basura, y darle sentido artístico, funcionalidad dentro de la plástica.
Los objetos provenientes de la basura, tiendas de segunda mano y mercados de pulgas son acomodados o ensamblados; a veces evocan la historia del arte, y otras la intención es lúdica.
El tema de la fantasía está presente en las instalaciones, esculturas y fotografías que realiza el creador alemán. “Me gusta jugar con los objetos –señala Thorsten–; cada uno tiene algo de realismo, porque adquieren un significado diferente al ensamblarlos; aquí entra la idea de fantasía”.
En las instalaciones, los objetos se transforman y dialogan con la tradición artística. Uno de los aspectos más importantes del artista es la autodramatización que logra mediante la fotografía, donde él participa como actor, director y fotógrafo; el resultado son imágenes de personajes sin rostro, envueltos en ropas de segunda mano u objetos cotidianos.
Para mantener su idea de relacionar sujeto y objeto, desde las primeras creaciones Brinkmann oculta su rostro, porque no está interesado en hacer del modelo un personaje, así que prefiere jugar con los productos desechables y cubrir su cabeza con ellos.
Artista de contrastes
Explorar el devenir en la historia del arte y el significado que adquieren los objetos en un museo, son algunas de las razones que llevan al artista a contrastar en sus piezas el arte moderno con el clásico.
Brinkmann, quien ha exhibido en Alemania, Bélgica, Irlanda, Suiza, Holanda y Estados Unidos, trabajará con la colección permanente del Museo Nacional de San Carlos para establecer un vínculo entre las distintas etapas histórico artísticas con sus retratos y objetos.
Un zapato tenis enmarcado como la Madonne de la sala renacentista y una cascada pletórica de objetos, tapetes desplegables, confesionarios armados in situ, dialogarán con la obra de Giovanni Biliverti; un balón de rugby que mantendrá correlación con La virgen del Rosario y cuatro ángeles, de Sebastián Llanos y Valdés, son algunas de las piezas que conforman la exhibición.
Despertar estará abierta al público en el Museo Nacional de San Carlos (Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera) del 20 de abril al 24 de septiembre.