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El Profe asegura que el reconocimiento no es por su obra, sino por 36 años de academia

Joskowicz recibe homenaje en el FICG; mi vocación docente me mantiene vivo

Su obra se reditará en devedé, por ser fundamental del cine independiente nacional de los años 70

Enviado
Periódico La Jornada
Martes 6 de marzo de 2012, p. a11

Guadalajara, Jal., 5 de marzo. Alfredo Joskowicz recibió ayer un Mayahuel de Plata como premio especial, en el homenaje que se le rindió en el 27 Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG).

En la ceremonia estuvieron presentes Armando Casas, Carlos Carrera, Gonzalo Celorio, Jose Woldenberg, Jorge Fons e Iván Trujillo, director del encuentro.

Además se le entregó el libro biográfico Joskowicz, una vida para el cine. Posteriormente, la titular del Instituto Mexicano de Cinematografía, Marina Stavenhagen, le entregó una colección en devedé de sus largometrajes y cortometrajes, editados por la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Previo al homenaje, en entrevista con La Jornada, el cineasta recordó: Marina Stavenhagen me informó en diciembre que me querían rendir un homenaje en el festival de cine de Guadalajara y lo tomé como un excelente regalo de Navidad y Año Nuevo. Es un premio que no gestioné, que no pedí, pero que agradezco enormemente.

Toda la comunidad cinematográfica conoce las razones por las que el FICG tributó al maestro Joskowicz, pero él, con verdadera modestia, refirió: Creo que más que por mis películas es por mis 36 años como maestro del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) y del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC). Mi vocación docente me mantiene vivo, porque cada año me permite estar en contacto con las nuevas generaciones de jóvenes, así que este reconocimiento, creo, se debe a mi labor académica.

Joskowicz es piedra angular del cine independiente de la década de los años 70. Dirigió la cinta emblemática El cambio, inspirada en el movimiento estudiantil de 1968. Además, su gestión como director y maestro en el CUEC y el CCC ha sido de las más destacadas. Aunque su dirección más atinada se dio, paradójicamente, como funcionario, al frente del Imcine, de 2000 a 2006, pues rescató el cine nacional cuando moría por la escasa producción: cuando comenzó su gestión se producían 14 títulos anuales, y concluyó su administración con 64 en su último año.

Además, la comunidad cinematográfica mexicana recuerda la irreductible defensa que hizo El Profe –como es conocido– del cine nacional cuando éste se encontraba en el peor bache de su historia, durante el sexenio foxista, cuando se propuso desaparecer el Imcine, el CCC y los estudios Churubusco.

Su fortaleza al frente de la defensa del cine mexicano tampoco menguó cuando se opuso a la avaricia de exhibidores y distribuidores en la batalla lidiada por el peso en taquilla, iniciativa que porponía que por cada boleto vendido se destinara un peso a la producción de cintas domésticas. Por esto y otras cosas más, Alfredo Joskowicz es una de las estrellas principales del FICG.

Joskowicz cuenta con alrededor de 20 largometrajes y una decena de cortometrajes, considerados por los especialistas parte fundamental del cine independiente de México de los años 70, debido a su contenido social y a su estética experimental, los cuales pronto serán puestos en circulación en devedé. “Siento un poco de temor de que vuelvan a salir, porque tal vez pueden parecer lentas, largas, demasiado habladas, como Constelaciones, que es muy experimental”, explicó.

Por otra parte, es una fortuna que la Filmoteca conservara algunos de esos materiales y ahora los remasterice; es una ventaja que nos permite la revolución digital, apuntó.

Sobre esta colección, agregó: Estará lo que pudimos recuperar de materiales en 16 y 35 milímetros; los trabajos en video no fueron incluidos. Están mis ejercicios escolares, que tenía la Filmoteca, tres documentales, y otros que hice para la Secretaría de Educación Pública.

El maestro recordó: A finales de 1960 el cine mexicano estaba bastante desprestigiado. Había entonces un volumen importante de producción industrial; se hacían cerca de 80 películas, y tenían salida, pero la industria estaba muy feudalizada, no se podía entrar al sindicato, a puestos superiores, y la asociación de productores estaba muy cerrada. Entonces, el cine independiente de México en los años 70 fue hecho con pocos recursos y muchos ideales.

Joskowicz abundó: El cine independiente de los años 70 era hecho con equipos de cinco personas, en tres semanas, sin dinero y con la familia arruinada, pero era un romanticismo hecho con muchas ganas, con influencias de la Nueva Ola francesa; era cine de autor, eso nos marcó mucho, era puro romanticismo.

Ahora todo ha cambiado: el cine de autor es muy aburrido... lo que presentan los festivales internacionales en cuanto a cine autoral es muy aburrido, lo cual daña la imagen comercial del cine mexicano, con lo que abrimos aún más las puertas al estadunidense.