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Por unas elecciones limpias, el lema que animó a manifestantes en el centro de Moscú

Unos 30 mil rusos repudian intención de Putin de perpetuarse en el poder

Los sondeos otorgan al primer ministro entre 58 y 66 por ciento de la intención de voto

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Miles formaron ayer una cadena humana en la Plaza de la Revolución, en Moscú, para expresar su rechazo a un nuevo periodo presidencial de Vladimir Putin, a una semana de las eleccionesFoto Ap
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 27 de febrero de 2012, p. 26

Moscú, 26 de febrero. En una acción simbólica, una cadena humana de miles de personas, tomadas de las manos y con cintas blancas, rodeó este domingo la parte interior de Sadovoye Koltso (Anillo de los Jardines), como se llama la amplia avenida que circunvala el centro de la capital rusa, donde se encuentra el Kremlin, sede del poder político de este país.

Cuarenta minutos después de la hora de reunión se cerró el gran círculo blanco –color de las protestas contra la intención de perpetuarse en el poder del primer ministro Vladimir Putin– con la asistencia de más de 30 mil participantes, el mínimo necesario para cubrir los 16 kilómetros del periférico que ciñe el centro moscovita.

Según los convocantes, no se pretendió hoy responder –en términos cuantitativos– al multitudinario acto del pasado jueves en apoyo de Putin, favorito en los comicios presidenciales del 4 de marzo, cuando en las cercanías del estadio olímpico de Luzhniky se llegaron a contar más de mil autobuses llegados a Moscú de numerosas regiones de Rusia, la lejana Siberia incluida.

Por unas elecciones limpias, el domingo siguiente, fue el lema que hoy animó a la gente a salir a la calle de esta ciudad, por voluntad propia, sin impedir el tráfico de vehículos en el cruce de calles, condición que fijó la alcaldía de Moscú para no disolver la protesta con las unidades de policía concentradas en lugares adyacentes a Sadovoye Koltso.

Este domingo de quincuagésima, en que los cristianos ortodoxos concluyen su Maslenitsa (Semana de Mantequilla, que corresponde al carnaval de los católicos) y suelen pedir perdón los unos a los otros, debe ser un día de tolerancia y conciliación.

Quizá por ello un grupo de jóvenes pro Kremlin se presentó en al menos dos sitios de reunión de la cadena humana opositora –las plazas Mayakovskaya y Zubovskaya– para repartir cintas tricolores, como la bandera de Rusia, ataviados con grandes corazones rojos en el pecho con la inscripción: Putin ama a todos.

La especie de contramanifestación de esa llamada red de partidarios de Putin, hasta hoy desconocida, terminó tan rápido como comenzó, y no derivó en enfrentamientos violentos, más allá del intercambio de réplicas en favor y en contra del premier ruso, bajo la mirada indiferente de la policía.

A una semana de la votación, se arraigó ya la impresión de que Putin ganará los comicios presidenciales con más de 50 por ciento de los sufragios en primera vuelta, con lo cual podrá regresar al Kremlin –donde ya despachó de 2000 a 2008– para un nuevo sexenio, toda vez que se modificó la Constitución para ampliar dos años los mandatos como jefe de Estado.

Los sondeos otorgan a Putin entre 58 y 66 por ciento de la intención de voto, con lo cual no sería necesaria una segunda jornada electoral 15 días después del 4 de marzo.

Los opositores, con base en sus propias estimaciones, dudan que el favorito pueda obtener ese resultado en unas elecciones limpias.

Putin llegó al Kremlin en 2000 con 53 por ciento de los votos y en 2008, con 71 por ciento y, para su entorno, sería humillante, además de imprevisible, tener que ir a segunda vuelta de votación.