Kabul, 21 de febrero. ¡Muerte a los estadunidenses y ¡Mueran los infieles, gritaron hoy miles de personas en Afganistán en repudio a la quema de un Corán por soldados de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) bajo el mando de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) la noche del pasado lunes afuera de la base de Bagram.

Roshana Jalid, vocera del gobierno de la provincia de Parwan, donde se produjeron las protestas, afirmó que la manifestación se desarrolló frente a uno de los accesos a la base militar y que en ella participaron al menos 3 mil personas.

Los manifestantes comenzaron a reunirse luego que trabajadores afganos hallaron restos quemados de copias del libro sagrado del Islam cuando recogían la basura de la base aérea de Bagram.

Los manifestantes fueron dispersados por las fuerzas estadunidenses que hicieron disparos al aire. Sin embargo, el vicejefe policial de Parwan, Sia Rahman, señaló que 13 personas resultaron heridas con balas de goma.

Otra concentración de unas 500 personas tuvo lugar en Kabul, cerca de las principales bases de la OTAN en la capital, en la carretera de Jalalabad, pero ya se había dispersado a finales de la mañana.

Tanto el presidente afgano, Hamid Karzai, como los talibanes condenaron de forma separada el incidente al señalar que los valores del Islam fueron degradados.

El secretario de Defensa estadunidense, Leon Panetta, y el jefe de la coalición internacional en Afganistán, John Allen, ofrecieron disculpas a los afganos por el incidente e hicieron votos para que este tipo de actos no vuelva a suceder nunca más.

El jefe de la ISAF y yo nos disculpamos ante los afganos y desaprobamos en los términos más fuertes posibles conductas como ésta, aseguró Panetta en una declaración difundida por el Pentágono, en donde dijo que se inició una investigación al respecto.

El año pasado, durante protestas en Afganistán contra la quema de un Corán por un clérigo en Florida, fallecieron 23 personas.