El partido de Champions se jugó a 10 grados bajo cero en Moscú
Miércoles 22 de febrero de 2012, p. a15
Moscú, 21 de febrero. Al final no fue el frío. Un día antes del encuentro entre CSKA y el Real Madrid, el entrenador José Mourinho temblaba por anticipado por la hostilidad del clima en la capital rusa. Pero lo que impidió que el cuadro merengue impusiera su jerarquía ante los rivales, que desde hacía dos meses no competían, por la pausa invernal, fue cierta pereza o poca ambición para rematar después de que anotó Cristiano Ronaldo. Parecía que podían, pero no quisieron. Los rusos les igualaron de último minuto y el resultado fue un frío 1-1 en el partido de ida de los octavos de final en la Liga de Campeones de Europa.
No es que el terrible frío (10 grados bajo cero) y el terreno sintético no se les dificultara, pues los merengues sufrieron para entrar en ritmo. Además el CSKA actuó con entusiasmo en los primeros lances, intentado presionar arriba, pero este escenario no duró mucho.
Las condiciones del encuentro tuvieron un alto costo para los blancos, pues el francés Karim Benzema cayó lesionado al intentar golpear el balón y tuvo que retirarse por una dolencia muscular; fue sustituido por el argentino Gonzalo Higuaín.
Tal circunstancia no alteró lo más mínimo los planes de Mourinho, quien preparó un equipo dispuesto a defender bien y salir al contrataque. Su mayor precaución estuvo en controlar al volante ruso Dzagoev, y le dio resultado.
A cambio, sacrificó la alegría de recientes partidos, pero el portugués conoce como nadie en qué consisten las eliminatorias, donde cualquier error se paga.
Tal enseñanza también la aprendió pronto el CSKA, justo el tiempo que tardó en equivocarse y recibir un gol. A los 28 minutos la defensa se enredó al intentar sacar el balón; Higuaín peleó y Ronaldo remató con su conocida eficacia.
La segunda parte fue todavía más tranquila para el Real Madrid, que además pudo imponer su superioridad física sobre un rival muy partido y con las líneas muy distanciadas. Sin embargo, al conjunto blanco le faltó paciencia, contundencia y precisión para traducir su dominio en goles.
En cambio, el CSKA no tuvo una sola ocasión clara en todo el duelo, hasta el descuento. Sólo necesitó esa oportunidad, en una jugada a balón parado y un remate de Wernbloom que provocó el delirio en la grada.
En Italia, el Nápoles venció 3-1 al Chelsea. El español Juan Mata puso en ventaja al conjunto londinense en el primer tiempo, pero el argentino Ezequiel Lavezzi (con doblete) y el uruguayo Edinson Cavani dieron vuelta al marcador.