Miércoles 22 de febrero de 2012, p. 3
Londres, 21 de febrero. Científicos hallaron que una región química del cerebro implicada en sistemas sensoriales y de recompensa es crucial para olvidar el dolor por las pérdidas financieras.
Un estudio señala el camino para el posible desarrollo de fármacos que traten problemas de los ludópatas y arroja luz sobre qué pudo suceder en el cerebro de los operadores de Wall Street y la City de Londres durante la crisis financiera del 2008. La ludopatía que sucede de forma regular en los casinos ya es lo bastante mala, pero creo que también se produce mucho ahora en el casino de Wall Street y el casino de la City de Londres
, dijo un editor de la revista Molecular Psychiatry, que publicó el estudio el martes.
Para el estudio, científicos encabezados por Hidehiko Takahashi, de la escuela de medicina de la Universidad de Kyoto, Japón, escanearon el cerebro de 19 hombres sanos con una tomografía por emisión de positrones luego de que hicieron una apuesta.
Aversión a las pérdidas
El experimento mostró que un neurotransmisor o mensajero químico, denominado norepinefrina o noradrenalina, es vital para la respuesta ante la pérdida de dinero. Quienes tuvieron bajos niveles de transmisores de norepinefrina poseían altos niveles de este químico en una parte crucial del cerebro, lo que los llevaba a estar menos estimulados y ser menos sensibles al dolor por la pérdida de dinero.
Las personas con mayores niveles de estos transmisores y por lo tanto menores niveles de norepinefrina tienen aversión a las pérdidas
y sufren una respuesta emocional más pronunciada a las pérdidas en comparación con las ganancias. La aversión al riesgo puede variar ampliamente según las personas, explicaron los científicos.
Mientras la mayoría de la gente sólo entraría en una apuesta con dos posibles resultados si existen más posibilidades de ganar que de perder, los que tienen un mecanismo de decisiones alterado demuestran una sensibilidad reducida a la posibilidad de perder dinero.
Es un estudio bastante preliminar, pero tiene muchas implicaciones inquietantes
, dijo Derek Hill, profesor de ciencia de imaginería médica en el Colegio Universitario de Londres, quien no participó; añadió que estas imágenes podrían ser usadas en el futuro para ayudar a probar fármacos dirigidos a personas que caen excesivamente en un comportamiento arriesgado.