Con la reanudación de la construcción del complejo Ciudad Progresiva, los habitantes del pueblo de Xoco ven una nueva amenaza, pues está en riesgo la modificación del trazo de afectación, que en el peor de los casos los llevaría a una reubicación o a la reducción de los terrenos que por años han albergado sus viviendas.

El pueblo es muy antiguo, aseguraron los nativos. Ahí vivieron los abuelos de los abuelos. Las familias crecieron y no hubo planeación urbana, por eso las pequeñas calles son de difícil acceso; en algunas o pasan los vehículos o camina la gente.

San Felipe y Real Mayorazgo son los accesos principales al pueblo, utilizados como vías de circulación para todo tipo de transporte. Son ejemplo claro de la traza improvisada del poblado, la cual los vecinos temen que sea modificada.

Su temor no es gratuito. Está sustentado en el punto siete del convenio que suscribieron el Gobierno del Distrito Federal, el jefe delegacional de Benito Juárez, Mario Palacios, y Moisés Araf, representante de la constructora Ideurban, quienes el sábado pasado querían que se firmara, y pese a que la comunidad se negó, ellos lo dieron por valido para reiniciar las obras.

El acuerdo se negoció durante casi un mes, pero fue modificado y se incluyeron tres puntos, los cuales para los habitantes del poblado son una argucia de la autoridad en favor del desarrollo y en contra de nosotros. Tratan de la regularización de tierras, negocios y del trazo de afectación, expusieron.

El punto que más preocupa es precisamente el que se refiere al trazo, porque en él se señala que la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda hará una revisión de la delineación vial en el poblado, con la finalidad de emitir un dictamen que permita definir acciones, es decir, eliminar el trazo.

Para los vecinos, con el nuevo proyecto, que contará con oficinas, un hospital, un centro comercial y una torre de 60 pisos, anunciada como la más grande de América Latina, es inminente que la traza urbana del pueblo se verá modificada. Y definieron sus exigencias: reparación de la iglesia y de los daños en viviendas, y no modificar el trazo de afectación.