Viernes 17 de febrero de 2012, p. 2
Vancouver, 16 de febrero. Un microchip insertado bajo la piel logró por primera vez administrar con éxito un medicamento para combatir la pérdida ósea a un grupo de mujeres, avance esperanzador para evitar las inyecciones diarias de fármacos, según un estudio estadunidense divulgado el jueves.
El dispositivo podría algún día evitar que los pacientes tengan que someterse a inyecciones diarias de medicamento y permite a los doctores ajustar las dosis, afirma el estudio, publicado en la revista Science Translational Medicine.
Esperamos que esto sea el amanecer de una nueva forma de pensar en la administración de medicamentos
, dijo el coautor del estudio, Robert Langer, profesor de investigación del cáncer en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés).
Langer y sus colegas presentaron sus conclusiones en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, que se celebra en Vancouver, Canadá. El dispositivo tiene el tamaño de un marcapasos o de un pendrive de computadora, y contiene dosis diarias de medicación dentro de pequeñas cajas que se abren siguiendo un horario predeterminado, o cuando se da al chip la señal inalámbrica para liberar el fármaco.
Cada caja está cubierta por una nanocapa de oro que protege la medicina e impide que se salga. La señal inalámbrica hace que el oro se disuelva y permite que el fármaco entre en el flujo sanguíneo. En este caso los investigadores probaron el dispositivo en siete mujeres de 65 a 70 años en Dinamarca, a las que se había recetado el medicamento teriparatide para la osteoporosis. El microchip fue implantado debajo de su cintura.
Demostró efectividad
Luego de un seguimiento de 12 meses, los investigadores encontraron que el tratamiento mejoraba la formación ósea y reducía el riesgo de fractura del hueso, y la administración del fármaco era tan efectiva como las inyecciones diarias. Sin embargo, en el estudio con mujeres se observaron los mismos problemas que en la investigación con animales: la formación de tejido fibroso con colágeno alrededor del microchip. La presencia de este tejido preocupa a los investigadores, temen que pueda socavar el potencial del microchip para administrar el medicamento, aunque no se observó ese problema en el estudio, que duró un año. A las mujeres se les quitó el implante una vez finalizado el estudio. El principal autor de la investigación, Robert Farra, presidente y jefe operativo de MicroChips, que fue financiado por varios investigadores y con licencia de la tecnología del microchip por el MIT, dijo que el dispostivo es más adecuado para fármacos potentes que se necesitan en dosis pequeñas, pero regulares. Para los 200 millones de personas que tienen osteoporosis en el mundo y para pacientes de muchas otras enfermedades, recibir una inyección diaria por el resto de la vida no es atractivo.
No se observaron reacciones adversas en las pacientes del estudio, aunque uno de los dispositivos implantados no funcionó bien y los fármacos no fueron administrados. Farra declaró a los reporteros que se produjeron cambios de diagnósticos para prevenir esos problemas. Añadió que el costo sería probablemente entre 10 mil y 12 mil dólares por año, comparable al costo actual de administrar el medicamento del ensayo.
Los científicos planean estudios en sistemas de administración de medicamentos por microchip en enfermedades del corazón, esclerosis múltiple, cáncer y dolor crónico. El dispositivo tardará unos cinco años en estar disponible en el mercado, afirman los autores. La tecnología fue imaginada hace 15 años; según un comentario editorial publicado en la revista por John Watson, profesor de bioingeniería de la Universidad de California, todavía existen muchas cuestiones por resolver. Entre ellas, la confiabilidad de la duración del chip, y cómo podría ser adaptado a otras enfermedades, proceso que comparó con un sendero serpenteado con muchos giros bruscos.