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La neurociencia genera beneficios sociales, pero su uso se puede degradar: especialistas

Avances en exploración cerebral, futuras armas para la guerra

Prevén tecnologías con las cuales el pensamiento podría dirigir aviones a distancia

Universidades británicas destacan desarrollo de fármacos para mejorar la alerta en soldados

 
Periódico La Jornada
Miércoles 15 de febrero de 2012, p. 2

El uso de armas energéticas dirigidas, que emplean ondas para causar dolor, y la estimulación eléctrica cerebral para mejorar la capacidad de combate de un soldado pueden sonar a ciencia ficción, pero expertos señalan que los avances en neurociencia apuntan hacia ese horizonte.

El rápido progreso en la capacidad de trazar el mapa de la actividad cerebral y manipular sus respuestas con estimulantes podría cambiar el rostro de la guerra, afirmó un grupo de expertos que analizaron el alcance de la neurociencia en conflictos militares futuros; dijeron que los investigadores de vanguardia en la ciencia médica deberían recordar que su trabajo podría tener otros usos, más dañinos.

Sabemos que la investigación en neurociencia tiene el potencial de generar un gran beneficio social; los investigadores están cada vez más cerca de hallar tratamientos efectivos para enfermedades y trastornos como el Parkinson, la depresión, la esquizofrenia, la epilepsia y las adicciones, afirmó Rod Flower, quien dirigió el grupo.

No obstante, la comprensión del cerebro y de la conducta humana, junto con avances en la administración de fármacos, también revela formas de degradar el desempeño que podrían ser usadas como nuevas armas, agregó Flower, profesor de farmacología bioquímica de la Universidad Reina María de Londres.

Análisis multidisciplinario

El informe, publicado por la academia nacional de ciencia del Reino Unido, la Royal Society, fue escrito por expertos en neurociencia, seguridad internacional, sicología y ética. El texto divide el tema de la neurociencia ligada a los conflictos y la seguridad en dos áreas principales: el potencial para fortalecer el desempeño de las fuerzas militares y el potencial para degradar o disminuir el desempeño del enemigo.

En cuanto al fortalecimiento del desempeño, el reporte apuntó hacia avances en tecnologías de interface neural que permitirían que máquinas como aviones de comando a distancia sean controladas directamente con el cerebro y a avances en las imágenes neurológicas que podrían ayudar a los jefes militares a detectar reclutas con atributos particulares.

Hay también grandes investigaciones sobre fármacos para mejorar el estado de alerta, la atención y la memoria del personal militar mientras está en el campo, señala el informe. Los expertos dijeron que a los comandantes militares les interesa poder identificar habilidades relevantes para una tarea en particular. Mientras una persona sería excelente en la detección de blancos en un ambiente complejo, dijeron, otra podría ser genial en la toma de decisiones bajo presión, y los avances en las imágenes neurológicas y las técnicas de estimulación cerebral podrían detectar estas diferencias durante el reclutamiento.

Irene Tracey, experta en imágenes cerebrales de la Universidad de Oxford y otro de los autores del informe, dijo que la mayoría de las aplicaciones de la tecnología de interface neural, como las prótesis e implantes cerebrales, han estado disponibles hasta ahora sólo en estadios de ensayo y fundamentalmente en la medicina, sobre todo para rehabilitación de personas con extremidades protésicas.

Uno puede imaginar cómo pueden usarla los militares, tanto para la rehabilitación de soldados como para el control remoto de dispositivos, dijo la experta en una conferencia en Londres. Parte de esto pertenece a la imaginación en este momento, pero la velocidad a la que las tecnologías tienden a desarrollarse (...) siempre es alarmantemente rápida, agregó.

Flower dio el ejemplo de cómo un avión de los que se controlan a distancia podría en el futuro ser comandado por una persona con implantes cerebrales, lo que dispara complejos interrogantes éticos. Esta idea genera cierta complejidad a la hora de distinguir entre mente y máquina, lo que obviamente debe ser evaluado con mucho cuidado, agregó el experto.

Si llegamos al punto en el que podemos controlar una máquina sofisticada, y la máquina hace algo (...) como cometer un crimen de guerra, ¿quién sería responsable, la persona o la máquina?, expresó.

El informe también observó las aplicaciones neurocientíficas que podrían dar lugar a nuevas armas, particularmente los avances en neurofarmacología y administración de medicamentos que podrían acelerar el desarrollo de agentes químicos causantes de discapacidad. El reporte resalta las armas de energía dirigida que están en desarrollo, entre ellas el llamado Active Denial System (ADS), el cual emplea una onda eléctrica milimétrica para calentar la piel y causar una sensación dolora de quemadura.

Malcom Dando, profesor de seguridad internacional de la Universidad de Bradford y otro de los autores, dijo que los cambios que puede acarrear la neurociencia se producirían fundamentalmente en el futuro, lo que da a los expertos cierto tiempo para evaluar su impacto. Estamos sólo en el comienzo de una gran corriente de aplicaciones neurocientíficas, y eso nos da una ventana de oportunidad para sopesar las ventajas y desventajas, indicó.