Refuerzan políticas públicas patrones culturales en el aspecto laboral
Domingo 5 de febrero de 2012, p. 33
En México, 89.3 por ciento de los niños menores de seis años se encuentran al cuidado de su madre o abuela, mientras que sólo 3.6 por ciento acude a guarderías públicas o privadas y el 7 por ciento restante está bajo la responsabilidad de otra persona, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Empleo y Seguridad Social 2009.
Lo anterior refleja la carencia de políticas de conciliación entre trabajo y familia con corresponsabilidad social que impulsen la participación de ambos géneros, no sólo de las mujeres; así como de empresas y no sólo de familias, sostiene un estudio realizado por la organización Mujer y Medio Ambiente, con apoyo de la Fundación Friedrich Ebert.
El análisis, publicado en noviembre pasado, refiere que ha habido una transferencia de los servicios de bienestar social del Estado a las familias, principalmente hacia las mujeres, y que ante la falta de leyes de conciliación explícitas, el trabajo informal, a tiempo parcial y precario, ha sido la estrategia de mujeres más pobres, mientras que para las de recursos medios y altos es la contratación de servicio doméstico.
Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del primer trimestre de 2011, refieren que 71 por ciento de las mujeres que participan en el mercado laboral tienen hijos.
Coordinado por Rebeca Salazar, Hilda Salazar y Maritza Rodríguez, el estudio expone que los roles de género son el centro de la tensión trabajo-familia, toda vez que las mujeres son las principales responsables del cuidado y atención a los niños, además de que las políticas públicas están dirigidas a mujeres y reproducen patrones culturales que afianzan papeles y la división sexual del trabajo.
En ese sentido, las acciones de conciliación entre trabajo y familia deberían estar basadas en un enfoque de derechos y no asistencial que conduzca a la provisión del Estado de parte de los servicios del cuidado y bienestar familiar, así como a una reorganización del tiempo de trabajo en las familias.
De acuerdo con las investigadoras, para alcanzar una verdadera conciliación se deben modificar una serie de supuestos como el considerar la familia nuclear como modelo único, que el bienestar de la familia es un asunto privado, que el trabajo doméstico no tiene valor económico o que las políticas de conciliación son sólo para las mujeres.
Toda vez que los temas ligados a los derechos laborales de las mujeres se reducen al embarazo, la maternidad y la no discriminación, las autoras proponen la ratificación de convenios internacionales.