Presentaron el catálogo del acervo, Vivir entonces: creaciones del México antiguo
está que arde: Tibol
Las figuras fueron elaboradas con un barro limpio hasta la emoción del material
, dijo la crítica de arte
Mi padre quería que las piezas se mostraran al público, informó Rodolfo Stavenhagen
Sábado 4 de febrero de 2012, p. 2
El espíritu erótico de las piezas prehispánicas que conforman la Colección Stavenhagen ¡está que arde!
, consideró la crítica de arte Raquel Tibol durante la presentación el jueves del catálogo Vivir entonces: creaciones del México antiguo, en el cual se plasma ese acervo que se exhibe actualmente en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT).
La colección, donada el año pasado a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) para formar parte del acervo del Museo de Tlatelolco, tardó alrededor de cuatro décadas en conformarse gracias a la labor de Lore y Kurt Stavenhagen, padres del reconocido sociólogo Rodolfo Stavenhagen.
Son piezas que proceden de distintas regiones del país –Nayarit, Colima, Jalisco, Puebla, Veracruz, Guerrero, Campeche y la ciudad de México–, pero que tienen en común mostrar escenas de la vida cotidiana e íntima del México antiguo.
Desde las caricias privadas, la ternura, la exaltación de la virilidad hasta la angustia por la enfermedad, los rituales ante la muerte, la danza y la maternidad están presentes en las figuras elaboradas en su mayoría con un barro limpio hasta la emoción del material
, explicó la maestra Tibol.
La especialista resaltó que “aun en los platos hay un desborde erótico y, si me permiten una palabra feíta, diré que deben haber sido muy cogelones los prehispánicos porque por donde podían metían esa esencia, que es lo que le da fuerza a ese arte. Puede ser una maternidad, una pareja, una figura zoomorfa, y hasta un jarrón, pero si uno las mira ahí está la esencia de lo erótico. Además, en aquellos tiempos se trabajaba de manera extraordinaria el barro, como si fuera una materia lúcida, flexible”.
La familia Stavenhagen donó a la UNAM 504 piezas de las más de 2 mil que coleccionaron Lore y Kurt (como informó La Jornada el 14 de diciembre de 2011). Raquel Tibol propone que a la entrada del espacio donde se exhiben desde el pasado 15 de diciembre se incluya la frase que Diego Rivera mandó colocar en su museo Anahuacalli, donde se muestra la enorme colección prehispánica del pintor: Devuelvo al pueblo lo que de la herencia artística de sus ancestros pude rescatar. Es una frase que define la posición de los coleccionistas que reunieron las piezas por un gusto estético, antes que nada.
Durante la presentación del catálogo Vivir entonces: creaciones del México antiguo el profesor Stavenhagen señaló que está cumplido el sueño de sus padres: “Él no quería que la colección se dispersara después de su muerte, como tantas otras lo han sufrido, sino que pudiera encontrar un hogar permanente en un museo nacional, público, para que el pueblo mexicano pudiera conocer y volver a tomar contacto con este legado de su historia.
Esta es una enorme satisfacción no sólo para el pueblo mexicano, sino para la UNAM porque se podrá conservar el acervo para los estudiosos y trabajarse desde el punto de vista académico.
Recordó que fue su madre, Lore, quien en 1942 inició la colección luego de comprar una pieza en La Lagunilla para regalársela a su esposo. “Llegó con ella a casa, la puso en la mesa del comedor y después llegaron más figuras que fueron acomodando en repisas en el garaje de nuestra casa en la colonia De Valle; ahí entraban muchas personas y pedían pasar a verla, mientras llegaban más y más piezas a las que mi padre llamaba ’muñequitas’.”
Al finalizar la presentación del volumen, acto que contó también con la participación del investigador Renato González Mello y el director del CCUT, Sergio Raúl Arroyo, Mercedes de la Garza, curadora de la colección, ofreció una visita guiada por la exposición, situada en el segundo piso de la torre del centro cultural.
Propios y extraños se maravillaron ante piezas como una figura de mujer maya que mantiene en sus piernas el color azul, radiante como el mar Caribe, o con la figurilla que De la Garza llama el grito
, un hombrecillo con una gran cabeza, cuya boca parece emitir un alarido, el cual contrasta con su pequeño cuerpo.
También se observan una madre con su hijo dormido en el regazo, danzarinas de piernas regordetas, personas tendidas, enfermas, con cicatrices en el rostro, amantes prodigándose caricias, hombres de dos cabezas, máscaras de viejitos, perros, cangrejos, patos, hombres de grandes falos, músicos.
Aunque las figuras tuvieron un objetivo extrartístico y fueron parte de ofrendas, usadas como talismanes u objetos mágicos o fetiches, albergan, todas, una gran fuerza vital, concluyó la curadora.
El CCUT está ubicado en Ricardo Flores Magón 1, colonia Nonoalco-Tlatelolco, a un lado de la Plaza de las Tres Culturas. El horario de visitas a la Colección Stavenhagen es de martes a domingo de 10 a 18 horas.
La entrada tiene un costo de 20 pesos, con descuento para estudiantes y afiliados del Inapam, IMSS e ISSSTE . El domingo el acceso es gratuito. Más información en la página de Internet: www.tlatelolco.unam.mx.