La evolución de la salud de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, tras su operación de tiroides el 4 de enero ha sido espectacular, afirmó ayer el vicepresidente Amado Boudou, a cargo del gobierno de manera interina.

El cambio de diagnóstico nos da tranquilidad, dijo Boudou sobre los exámenes previos a la operación que indicaron que padecía un cáncer de tiroides, aunque la biopsia posterior mostró que fue un falso positivo.

La mandataria, de 58 años, convalece en la residencia oficial de Olivos (periferia norte de Buenos Aires), con licencia prevista hasta el 24 de enero.

Versiones no confirmadas indican que Kirchner completaría su recuperación en la provincia de Santa Cruz (sur), donde el 27 de octubre de 2010 falleció su marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007).

La operación de la presidenta se realizó menos de un mes después de haber asumido el 10 de diciembre su segundo mandato.

A su vez, el presidente estadunidense Barack Obama expresó su satisfacción por la salud de la mandataria, al recibir ayer al nuevo embajador argentino Jorge Argüello en Washington.